jueves, 25 de noviembre de 2010

CASOS DE ÉXITO


Recostada en el diván ella recorría entre palabras los momentos más duros de su vida. Se sentía terriblemente sola, todo lo que quería había muerto, hasta sus ilusiones. El primer día que la vi era como un fantasma, un ser sin alma que buscaba el aliento necesario para seguir viviendo. Sola, en una vida tejida a través de los años, no sólo no tenía con quién hablar, sino que no tenía para quién vivir.
La soledad invadía todos los espacios, del trabajo a casa y de casa al trabajo, así transcurría su vida desde que él había puesto punto y final a la enfermiza relación que mantenían desde hacía años. Desde la muerte de sus padres, ella había volcado todas sus esperanzas en esa relación de pareja. No le importaban las amistades ni ocupar su tiempo libre. Él llenaba su mundo, ya no necesitaba más. Perderlo no estaba en sus planes. El mundo se le vino encima el día en que hizo las maletas y se marchó para no volver.
Los colores que antes llenaban su vida se volvieron oscuros. La última puerta a la felicidad se había cerrado para ella. Para él vivir con una persona así se le había hecho insoportable. La dependencia era tal que le faltaba el aire, ella no daba opciones, empobrecieron su vida hasta el extremo de que en el mundo sólo estaban ellos dos, todo lo demás vacío. Ahora ella estaba sola. Apostó a un único número y lo perdió todo. Había aniquilado de un plumazo toda la humanidad. Ni el trasiego de la ciudad conseguía hacerle sentir que había otros. Estaba encerrada en sí misma, en su propia cárcel.
Desde un principio, parecía que yo no existía para ella. Hablaba para sí misma, no daba lugar a mis intervenciones, apenas había cruce de miradas. Con el tiempo fue derribando los altos muros que había construido y fue dejándome entrar, alguna sonrisa, algún gesto de complicidad. Un día llegó a decir que se había puesto ese vestido para estar guapa para mí. Parecía ilusionada por sus sesiones, por contarme su vida cotidiana y, también, empezaba a tener alguna ilusión de futuro. Pequeños destellos de luz dejaban entrever un mundo más rico que ese pequeño en el que ella había vivido tantos años.
Un día llegó a la consulta irreconocible, sonreía de lado a lado de la cara. Se había inscrito en la universidad y empezaba las clases con ganas. Tenía ganas de tener compañeros, tener horarios, moverse de su anquilosamiento. Hacía dos meses que había retomado una relación de amistad con una compañera de la infancia, quedaban de vez en cuando para tomar café, ir de compras. Hacía años que habían roto el contacto y no sabía por qué. Empezó a entender que la relación de pareja no era ninguna solución para su vida. “No es bueno amar como si el otro fuera la única persona del mundo” –dijo. Escuchar esas palabras de su boca ya eran un gran paso.
Ya no temía a la soledad, había abierto tantas puertas que ni vivir sola ni estar soltera le hacían sentirse única ni abandonada. Tenía amigos que la querían, tenía personas a las que querer y tenía un fuerte compromiso con su psicoanálisis. Había entendido que un libro basta para estar con otros, que son los compromisos los que te hacen vivir, que comprometerse no era entregar tu vida al primer postor.

lunes, 22 de noviembre de 2010

Mi vida ha fundido...

Los decires de un viejo verde (Nº 6 - Mayo 1996)

338.-Querido doctor, estoy en condiciones de decir que mi vida ha fundido. Todas las conclusiones que guiaban mis pasos han resultado equivocadas para vivir en este medio. A todo lo mío, le pasa lo peor. Soy un hombre moderno, mis hijos al borde del manicomio o de la cárcel, alguna de mis mujeres siempre al borde de la muerte, cada uno de mis hermanos al borde de un desvío. Espero que usted me ayude a modificar mi situación en algo. Su vida tiene mucha letra, le dije, a su vida le falta un poco de música, algo de silencio.

miércoles, 17 de noviembre de 2010

Una bonita forma de felicitar un cumpleaños

A THOMAS MANN,
EN SU SESENTA ANIVERSARIO
1935

¡Querido Thomas Mann!:

Acepte usted amistosamente mi cordial expresión de afecto en su sesenta cumpleaños. Yo soy uno de sus más “viejos” lectores y admiradores; podría desearle una larga y feliz vida, como es de rigor hacerlo en semejantes ocasiones. Pero me abstengo de ello: desear no cuesta nada y me parece significar una recaída en aquellos tiempos en los cuales se creía aún en la omnipotencia mágica de los pensamientos. Además, mi propia experiencia me ha convencido de que no hemos de quejarnos si un destino compasivo
limita a su debido tiempo nuestra existencia.

Tampoco considero digno de imitación el que en estas ocasiones festivas se anteponga el cariño al respeto, que se obligue al festejado a oír cómo se lo cubre de alabanzas en tanto que hombre, cómo se lo analiza y critica en tanto que artista. No quisiera hacerme culpable de semejante presunción. Pero hay algo que sí puedo permitirme: en el nombre de incontables de sus contemporáneos debo manifestarle nuestra convicción de que usted nunca haría ni diría -las palabras del poeta son, en efecto, acciones- nada que fuese cobarde o mezquino, de que usted, ni siquiera en épocas y en situaciones susceptibles de confundir el juicio, dejará de seguir el camino recto y de guiar por él a los demás.

Cordialmente suyo,

FREUD
Junio de 1935

martes, 16 de noviembre de 2010

EN LA BÚSQUEDA DE LA FELICIDAD.

 EN LA BÚSQUEDA DE LA FELICIDAD

La evolución del individuo sustenta como fin principal el programa del principio del placer, es decir, la consecución de la felicidad, esto choca con las exigencias de la vida en comunidad. La evolución individual se nos presenta como el producto de la interferencia entre dos tendencias: la aspiración a la felicidad, que solemos calificar de «egoísta», y el anhelo de fundirse con los demás en una comunidad, que llamamos «altruista». 

Casi podríamos decir que la comunidad humana sería más exitosa si los individuos pudieran renunciar a su felicidad individual. Hemos de admitir que el proceso evolutivo del individuo puede tener rasgos particulares que no se encuentran en el proceso cultural de la Humanidad. A veces, la felicidad individual, no encaja con lo que se espera de nosotros, por tanto a veces caemos en la locura, la delincuencia o la enfermedad.

Tal como nos ha sido impuesta, la vida nos resulta demasiado difícl, nos depara excesivos sufrimientos, decepciones, empresas imposibles. Ser felices como nos impone el principio del placer es imposible, más no por ello debemos abandonar los esfuerzos por acercarse a su realización. La felicidad es un problema de la economía libidinal de cada individuo. Y es por eso que los neuróticos aunque tienen los mismos problemas que resolver que los demás, su vida es peor y más difícil, sufriendo en ella mayor displacer, angustia y dolor. Sólo una transformación de su economía libidinal puede cambiar su posición sufriente.

Nuestra disposición psíquica no nos permite gozar intensamente sino el contraste. Así nuestras facultades de felicidad están ya limitadas en principio por nuestra propia constitución. Resulta asombroso que el ser humano ya se estime feliz por el mero hecho de haber escapado a la desgracia, de haber sobrevivido al sufrimientoContra el temible mundo exterior sólo puede uno defenderse mediante el alejamiento de las fuentes de displacer. Existe, desde luego otro camino mejor: pasar al ataque contra la Naturaleza y someterla a la voluntad del hombre. Además, otra posibilidad es tratar de influir sobre el propio organismo, no en vano el sufrimiento existe en tanto así lo sentimos. Para otros el camino es la intoxicación, consumo de sustancias le que alejan, por un momento, de su realidad.

La posibilidad de desplazar al trabajo y a las relaciones humanas una parte de los componentes narcisistas, agresivos y aun eróticos de la libido, confiere a estas actividades un valor muy destacable. La actividad profesional ofrece mayor satisfacción cuando ha sido elegida libremente. No obstante, el trabajo suele ser menospreciado por el hombre como camino a la felicidad , la inmensa mayoría de los seres sólo trabajan bajo el imperio de la necesidad.

Estamos viendo que ninguna regla vale para todos; cada uno debe buscar por sí mismo la manera en que pueda ser feliz. Su elección del camino a seguir será influida por diversos factores. Todo depende de la suma de satisfacción real que pueda esperar del mundo exterior y de la medida en que se incline a independizarse de éste. Así como el comerciante prudente evitará invertir todo su capital en una sola operación, así también la sabiduría quizá nos aconseje no hacer depender toda satisfacción de una única tendencia, pues su éxito jamás es seguro.

(Seleccionado de el libro El Malestar en la Cultura, S. Freud)

sábado, 13 de noviembre de 2010

Vídeo de la Charla sobre El concepto de inconsciente en la vida cotidiana

EL CONCEPTO DE INCONSCIENTE EN LA VIDA COTIDIANA

12-11-10

El Psicoanálisis ha arrancado, para siempre, una venda de los ojos de la humanidad. La mujer, el hombre, antes del psicoanálisis, no sabían nada acerca de cómo se producían: LA POESÍA, LA CIENCIA y EL AMOR.
La Teoría del Inconsciente viene a poner algunas cosas en su sitio. Aquello que otras teorías no alcanzaron a explicar del comportamiento humano, el Psicoanálisis descubre por qué vivimos como vivimos y cuál es el papel de los procesos inconscientes en nuestra vida cotidiana.


Impartida por la psicoanalista Helena Trujillo
Presentada por D. Antonio Vela, 
Profesor de la Facultad de Psicología de Málaga
Sala Ámbito Cultural de El Corte Inglés

martes, 9 de noviembre de 2010

Usted no ayuda


USTED NO AYUDA
Muchas veces se ha planteado tomar medidas, dar un paso para conseguir esos propósitos que hace tiempo viene planteándose. Luego son agua de borrajas y el tiempo pasa como si nada. Esta vez ha sido diferente, algo en usted ha encendido esa lucecita que le indica que es el momento, que ya no aguanta más. Puede que en su caso se haya decidido a apuntarse al gimnasio, iniciar esa dieta que tanta falta le hace o tal vez se animó a pedir, por fin, cita con el psicoanalista. Lo más difícil está hecho.
Ahora el trabajo es comenzar y mantenerse el tiempo necesario, sin desanimarse, hasta alcanzar el objetivo. Esto no es nada fácil. La mayoría de las veces somos nuestro mayor enemigo. Si ya nos costó dar ese primer paso, ahora el problema es que la mayoría de las veces abandonamos en estas primeras fases. Al ser humano nos cuesta poner de nuestra parte para generar los cambios que nuestra vida necesita, movernos del apoltronamiento al que tan fácil es acostumbrarse. Todos recordamos esa frasecilla de “más vale malo conocido que bueno por conocer” y que nos engaña tantas y tantas veces. Creemos que el mundo es injusto, pero no necesitamos a nadie que nos ponga la zancadilla, ya estamos nosotros para ello.
Los profesionales estamos para dar esa energía y esos ánimos que a veces escasean, pero es imprescindible su ayuda para que podamos hacer nuestro trabajo. ¿Qué sería un psicoanalista sin pacientes? Me tengo que ocupar de estar en mi sillón escuchándole, pero usted no debe descuidar su compromiso que se va forjando a través del tiempo, como las cosas importantes de la vida. Es cierto que la sociedad actual nada ayuda, ya que nos educan en ideales donde el concepto de trabajo muchas veces brilla por su ausencia. He de tener la paciencia que nadie tuvo con usted, los ánimos que a veces a usted le faltan, pero no me lo ponga tan difícil. No puedo ir a su casa a buscarle, no puedo convencerle de lo que no está previamente convencido. Me acuerdo ahora del aforismo: “No es bueno esperar que las cosas vengan del cielo, no es bueno esperar que otro haga por mí lo que ni siquiera yo soy capaz de hacer”, qué razón tiene, si uno no pone de su parte nadie podrá ayudarle.
Debe saber, no obstante, que estructuralmente esto ocurre. La Humanidad no acepta gustosa ningún paso, recordemos cuando se quemaban a los más eminentes científicos por contradecir con sus ideas la moral vigente. Ahora es usted el que a veces quema sus posibilidades de crecimiento, el que se cierra las puertas al bienestar, el que me niega la posibilidad de ayudarle en el largo camino que es la vida. Pero aquí seguiré, en mi sillón, trabajando, porque algún día volverá a darse esa oportunidad, porque algún día sus fantasmas llamarán de nuevo a su puerta y esa vez no podrá soportar su soledad. Si lo necesita, ahí estaré. 


Helena Trujillo

lunes, 8 de noviembre de 2010

La soledad no es estar solo


LA SOLEDAD NO ES ESTAR SOLO
Para un hombre culto la soledad no existe o cuando existe es vicio o altura,
 nunca sufrimiento, nunca espera de nada.
Miguel Oscar Menassa

Cuántas veces habremos oído la frase: “tengo miedo a estar solo”. No cabe duda de que somos seres sociales y necesitamos de los demás para constituirnos a nosotros mismos, no sólo para cubrir nuestras necesidades de afecto y desarrollo personal, sino también para afianzar nuestra autoestima. Este miedo a la soledad parte de nuestra dependencia infantil, nos sumimos en el temor a ser abandonados hasta que constituimos la presencia del otro en su ausencia. Las personas no sólo existen cuando están, también cuando no están. El gran problema de muchas personas es que se sienten solos porque aniquilan al otro en su fantasía. Decir “estoy solo” es como decir nadie existe y esa negación es la que nos enferma.
Una vez que el ser humano se da cuenta de su finitud, de que su existencia está encaminada a este acontecimiento, nace la preocupación por el ser. Es la muerte la que le va a dar verdadero valor a la vida. Son los límites los que nos permiten vivir de una forma saludable. Cuando entendemos que las relaciones también han de tener sus límites amamos con más libertad, pero no todos somos capaces de aceptarlo. Todas las relaciones de extrema dependencia son relaciones condenadas al fracaso y a la agresividad. Cuando entiendo que el otro es una posesión soy capaz de encerrarlo con tal de no perderlo, ahí no hay amor. El amor es amor a un objeto, hace del otro un objeto, con lo cual entra en juego el régimen de propiedad, hace individualistas, mientras que el deseo no desea objetos sino que desea deseos, hace sujetos deseantes, sujetos que saben que la soledad no existe, o se vive entre otros o se vive entre fantasmas.
Este temor no es nada nuevo, pero es cierto que las sociedades modernas, a pesar de los avances técnicos, fomentan el aislamiento y falta de comunicación. Nos han educado en el consumismo sin límites, pero no nos han enseñado a relacionarnos con otras personas. Nadie nos dijo que comprometerse con otros es lo que genera autoestima y bienestar, que elegir nuestros compromisos es el mayor grado de libertad. Somos caldo de cultivo para el egoísmo y la envidia. Amamos al otro para utilizarlo en la satisfacción de nuestras necesidades, para no estar solos, pero no hemos aprendido a conocer al otro en su verdadera dimensión. Cuando amamos por necesidad es cuando vivimos con miedo a ser abandonados. Podríamos preguntarnos por qué tantas parejas que ya no se aman y aún así siguen viviendo juntos. Es clara la respuesta, por miedo a la soledad. No saber arreglárselas con la propia soledad se convierte en un problema para vivir, acabas viviendo con cualquiera.
En muchas ocasiones hay un temor previo, el temor a arriesgarse, a dar y no recibir, tememos equivocarnos y por ese motivo no emprendemos nuevos proyectos y relaciones. Pero como dice el poeta Miguel Oscar Menassa “En las relaciones intersubjetivas, lo único que se arriesga es un poco de seguridad y un poco de dinero; el resto, ganancia, todo humano”. Hay que arriesgarse a ganar. Las relaciones sociales no se buscan, se encuentran en el camino del trabajo, de las aficiones, de los compromisos. Cuando alguien que se siente solo me pregunta cómo puede hacer amigos siempre le digo que los amigos se encuentran indirectamente: “Apúntate a algún curso, practica el deporte que te gusta, sal al mundo y ahí producirás relaciones. Hay que repetir el acto para encontrar a personas que también tengan esa afición”. No hay edad para las relaciones sociales, seamos jóvenes o mayores todos necesitamos de otras personas para sentirnos vivos y si algo te impide estar con otros, acércate a ellos a través de los libros, la televisión, el teléfono, internet.
También están esas otras personas que lloran por las esquinas porque se sienten solos, ¿no será que no saben amar? Hay que aprender a amarse para luego amar a los otros. El sentimiento de soledad está relacionado con el aislamiento, la noción de no formar parte de algo, la idea de no estar incluido en ningún proyecto y entender que a nadie le importamos lo suficiente como para pertenecer a su mundo. Se puede interpretar la soledad de dos maneras: estar solo o sentirse solo. Estar solo es un hecho común para todos, no siempre estamos acompañados. Esta experiencia de soledad se puede disfrutar mucho y suele ser muy constructiva. Sentirse solos es diferente, porque uno se puede sentir solo también en compañía, en ocasiones no nos sentimos a gusto con las personas que nos rodean. El sentimiento de soledad, tiene que ver con no haber forjado una escucha o haber perdido una escucha. A veces este sentimiento acontece ante una separación o ante la pérdida de un ser querido, quién no ha vivido una situación como esta a lo largo de su vida. Cuando uno se encuentra bien, no importa llegar a casa y estar solo, porque nos sentimos acompañados de todas nuestras relaciones y compromisos. Vivir solo puede ser una buena opción de vida, pero no puede hacerse si no gozamos de unas buenas relaciones sociales, si no gozamos de una buena salud social.
La cultura nos permite no sentirnos solos jamás. Es cuando sólo nos escuchamos a nosotros mismos que entramos en ese vacío de la soledad. Cuando abrimos un libro, escuchamos a otros, otras vidas laten conmigo, es imposible sentirse solo.
Recostada en el diván ella recorría entre palabras los momentos más duros de su vida. Se sentía terriblemente sola, todo lo que quería había muerto, hasta sus ilusiones. El primer día que la vi era como un fantasma, un ser sin alma que buscaba el aliento necesario para seguir viviendo. Sola, en una vida tejida a través de los años, no sólo no tenía con quién hablar, sino que no tenía para quién vivir.
La soledad invadía todos los espacios, del trabajo a casa y de casa al trabajo, así transcurría su vida desde que él había puesto punto y final a la enfermiza relación que mantenían desde hacía años. Desde la muerte de sus padres, ella había volcado todas sus esperanzas en esa relación de pareja. No le importaban las amistades ni ocupar su tiempo libre. Él llenaba su mundo, ya no necesitaba más. Perderlo no estaba en sus planes. El mundo se le vino encima el día en que hizo las maletas y se marchó para no volver.
Los colores que antes llenaban su vida se volvieron oscuros. La última puerta a la felicidad se había cerrado para ella. Para él vivir con una persona así se le había hecho insoportable. La dependencia era tal que le faltaba el aire, ella no daba opciones, empobrecieron su vida hasta el extremo de que en el mundo sólo estaban ellos dos, todo lo demás vacío. Ahora ella estaba sola. Apostó a un único número y lo perdió todo. Había aniquilado de un plumazo toda la humanidad. Ni el trasiego de la ciudad conseguía hacerle sentir que había otros. Estaba encerrada en sí misma, en su propia cárcel.
Desde un principio, parecía que yo no existía para ella. Hablaba para sí misma, no daba lugar a mis intervenciones, apenas había cruce de miradas. Con el tiempo fue derribando los altos muros que había construido y fue dejándome entrar, alguna sonrisa, algún gesto de complicidad. Un día llegó a decir que se había puesto ese vestido para estar guapa para mí. Parecía ilusionada por sus sesiones, por contarme su vida cotidiana y, también, empezaba a tener alguna ilusión de futuro. Pequeños destellos de luz dejaban entrever un mundo más rico que ese pequeño en el que ella había vivido tantos años.
Un día llegó a la consulta irreconocible, sonreía de lado a lado de la cara. Se había inscrito en la universidad y empezaba las clases con ganas. Tenía ganas de tener compañeros, tener horarios, moverse de su anquilosamiento. Hacía dos meses que había retomado una relación de amistad con una compañera de la infancia, quedaban de vez en cuando para tomar café, ir de compras. Hacía años que habían roto el contacto y no sabía por qué. Empezó a entender que la relación de pareja no era ninguna solución para su vida. “No es bueno amar como si el otro fuera la única persona del mundo” –dijo. Escuchar esas palabras de su boca ya eran un gran paso.
Ya no temía a la soledad, había abierto tantas puertas que ni vivir sola ni estar soltera le hacían sentirse única ni abandonada. Tenía amigos que la querían, tenía personas a las que querer y tenía un fuerte compromiso con su psicoanálisis. Había entendido que un libro basta para estar con otros, que son los compromisos los que te hacen vivir, que comprometerse no era entregar tu vida al primer postor.

Helena Trujillo Luque
Psicoanalista Grupo Cero
www.htpsicoanalisis.com

Charla de Psicoanálisis: El concepto de inconsciente en la vida cotidiana

CHARLA COLOQUIO DE PSICOANÁLISIS


Viernes 12 de Noviembre a las 19:30 hrs.

EL CONCEPTO DE INCONSCIENTE EN LA VIDA COTIDIANA
Impartida por la psicoanalista Helena Trujillo
Presentada por D. Antonio Vela, Profesor de Psicología Dinámica de la
Facultad de Psicología de Málaga
Sala Ámbito Cultural de El Corte Inglés
C/Hilera, s/n Edf. Hogar Departamento de Librería

ENTRADA LIBRE

miércoles, 3 de noviembre de 2010

Reflexiones de los jóvenes tras la visita del Poeta Miguel Menassa al Colegio Santa Teresa de Jesús de Ourense.


VISITA DE MIGUEL ÓSCAR MENASSA, POETA NOMINADEMIO NOBEL DE LITERATURA 2010
El miércoles 27 de octubre, acompañado por el Círculo Poético,  visitó el Colegio SANTA TERESA DE JESÚS Miguel Óscar Menassa, médico, poeta y psicoanalista, candidato al Premio Nobel de Literatura 2010 y uno de los más importantes escritores de la lengua castellana.
En el Salón de Actos del Colegio se dirigió  a los alumnos y alumnas de Bachillerato para hablarles de su experiencia como médico, poeta y pintor. Valoró el trabajo, el esfuerzo, la dedicación y el afán de superación. Con humor y ternura, animó a los chicos y chicas  a leer y a escribir, a perder el miedo de  enfrentarse a la “hoja en blanco, a la tela en blanco”, y hacerlo día tras día, sin miedo al fracaso. 

ESTO ES LO QUE PIENSAN Y SIENTEN NUESTROS ALUMNOS Y ALUMNAS TRAS EL ENCUENTRO CON MIGUEL ÓSCAR MENASSA:
HELENA, MÓNICA: “gran oportunidad de haber conocido a un poeta, pintor, médico…pero sobre todo a una gran persona”.
NEREIDA:   “…supo conciliar la poesía con la medicina, con el psicoanálisis”. 
“hombre de gran calidad humana, humilde y generoso”
MÓNICA: “…fomentó la lectura como medio de conocimiento y acceso a la cultura”.
TANIA: “Insistió en la importancia del trabajo para alcanzar cualquier meta; incluso en el amor, para conseguir que dure hay que trabajar día a día…Quiero en mi vida a gente como Menassa”.
ANDREA: ““Menassa hizo mucho hincapié en el trabajo como forma de vida, de cómo en la sociedad actual es sinónimo de obligación cuando es un lujo (…)  Al final de su visita nos dijo que si queríamos conseguir algo en la vida tenía que ser con esfuerzo y dedicación”.
OMAR:”Su presencia fue admirable; sin duda, ha de demostrado ser un gran profesional que se merecía optar al Premio Nobel y no menos ganarlo”.
OMAR, ALBA, ESTEFANÍA y NAZARET:” Lo que más me impactó fue la respuesta a la pregunta: ¿Qué es lo que siente al escribir? Él contestó “Nada, no siento nada” 
MARTA: “Me gustó cuando dijo que aunque nadie crea en ti, y te hagan una crítica no te rindas, continúa para llegar lejos…Después de la charla, aprecio más la literatura y la poesía”.
DIEGO: “Lo que más me ha gustado de Menassa es el ánimo que nos ha dado, diciéndonos que caerse está permitido, pero levantarse es obligatorio”.
NEREA: “También me gustó mucho el consejo que nos dio de que no nos afecten las críticas porque eso puede ayudarnos a mejorar”.
CARLOS: “Nos ha dado claves para tener éxito (…) .Me gustó el momento en que Menassa recitó sus versos”
ADRÍÁN: “Deduje que es un hombre comprometido con la sociedad (…). Siempre supo aprender tanto de los éxitos  como de los fracasos. Me emocionaron sus ganas de vivir para trasmitir en su poesía todo lo que siente y quiere. Un genio” 
MIGUEL ÁNGEL: “Me ha enseñado muchas cosas: No es inspiración hay que trabajar duro para conseguir escribir y leer para saber de qué hablar. Todo requiere trabajo” 
BEATRIZ: Me impresionó cuando le preguntaron por la inspiración y él respondió que no se inspiraba en nada simplemente se sienta ante un folio en blanco y cuando llegan las ideas las escribe”.
NAZARET: “Hombre con presencia y sabiduría, simpático y cercano”.
CRISTINA: “Sentí un gran respeto al ver a un hombre con tanta sabiduría y elegancia que goza de un gran sentido del humor y de un gran poder de la palabra.”
ÁNGELA: “Nos ha demostrado que el conocimiento del campo científico no está reñido con el de las letras”
NEREA: “Me quedé con un detalle que parece difícil pero muy importante para ser un gran escritor: para hablar de sufrimiento en un libro o en un poema, no se necesita estar sufriendo”
KARINA: “Oírle recitar sus poemas cargados de sentimiento, con acento argentino fue muy gratificante. Todos los poema me gustaron.”
ANA: “La visita de Menassa supuso, para mí, una gran experiencia y una gran oportunidad (…) Siempre había tenido ganas de escuchar una poesía en la voz del propio autor.”
EDGAR: “Nos animó a leer …para adquirir cultura y para que nos ayude a escribir.” “ Me gustaron los poemas que nos leyó” 
ESTAFANÍA: “Me gustó mucho la forma de ser del escritor: su naturalidad, cercanía y sabiduría… la forma que tiene de explicar y expresar las cosas”.
ANTÓN: “Tengo que destacar que con sus setenta años, esta persona tan polifacética, no ha perdido el sentido del humor”.
ALBA: “El poeta consiguió mantenernos atentos durante toda la conferencia. Destacaría la cercanía y la humildad (…) Nos mostró otra forma de ver el trabajo, no sólo como una obligación para ganarnos la vida sino un medio para ayudar a los demás(…) Con lo que me quedo de la conferencia: hay que luchar por lo que uno quiere sin bajar los brazos aunque haya personas que no valoren tu trabajo.”
NURIA: “El hecho de que al comienzo de la conferencia se interesase por nuestras inquietudes, en vez de comenzar a hablarnos de su vida, hizo que prestásemos más atención e interés”.
JONATAN: “…a base de preguntas fuimos sabiendo cómo se desarrolló su vida profesional…Nos dio consejos para el futuro a base de su experiencia de vida…”   
HELENA: “…como broche final la lectura de sus poesías…”

Ourense a 29 de octubre de 2010