REBELDÍA ADOLESCENTE
Muchos padres nos llaman desesperados: “Ya no puedo más, se nos ha ido de las manos. Ha cambiado totalmente, parece otra persona. ¿Qué hemos hecho mal?”.
Para muchos jóvenes la adolescencia supone un tiempo de ruptura y de cambio y sus padres, desorientados, no saben cómo afrontar este tiempo, cómo orientar a sus hijos, como evitar que abandonen los estudios o tomen un mal camino.
Desde que pisamos por primera vez este mundo toda nuestra vida es cambio, la adolescencia no deja de ser sino un tiempo más en nuestro crecimiento. Freud dice que la separación de los padres, propia de este momento, es lo más doloroso y lo más necesario que impone el crecimiento. Frente a la adhesión a los padres, propia de la época infantil, el adolescente tiene que separarse de ese amor prohibido e interesarse por lo extraño, ajeno a lo familiar. No obstante, hay que decir que es más fácil abandonar a los padres que a los modelos ideológicos por ellos impartidos, lo que implica que muchos hijos que aparentemente se llevan mal con sus progenitores, son fieles seguidores del modelo ideológico que ellos le han transmitido. Recuerden que las apariencias engañan.
Los recursos que antes eran habituales ya no sirven para enfrentarse a la nueva situación; es una época de rupturas y pérdidas porque el cuerpo infantil sufre enormes modificaciones, los padres protectores e idealizados de la infancia se pierden. El adolescente se siente fuera de lugar.
Nuestra vida depende de otros, a pesar que la sociedad actual nos inculque valores como el individualismo, hay que recalcar la necesidad de vincularnos a los otros. Es fundamental que los padres no se den por vencidos. Sus hijos les necesitan, de forma diferente, pero siguen siendo figuras muy importantes para la vida de los jóvenes.
Cuando el joven comienza a mostrar dificultades, lejos de llevarlo a lo patológico, hay que ayudarle a crecer. La intervención psicoanalítica es muy útil y, en muchos casos, necesaria. Los jóvenes necesitan tener voz, pronunciar aquello que les preocupa, construir su futuro y el tiempo del análisis puede permitirles no sólo resolver sus problemas de crecimiento, sino establecer las bases para una nueva relación con sus padres. Una aparente agresividad y rebeldía puede ser una demanda de amor y atención que nadie ha percibido.
Helena Trujillo Luque
Psicoanalista de la Escuela Grupo Cero
Tengo una Hija, siempre trabajo ya que su padre murio cuando ella tenia 1 año.
ResponderEliminarEra dulce y tierna pero ya esta optando por hacer lo que quiere, llega tarde a la casa o simplemente no llega y su vocabulario con las amigas es aterrador ...no se que hacer, estoy descesperada.
mi hijo de 17 años se metio droga no se como ayudarlo para que deje de consumir. soy madre soltera.
ResponderEliminarprimero que todo un saludo yo tambien tengo un hijo muy rebelde no hace caso y no se que hacer lo unico que nos queda es orar bastante para que cambien que mi dios la bendiga oremos bastante para que cambien
ResponderEliminartengo un hijo de 12 años y es muy malgenio y me levanta la voz, pero tambien en momentos es un niño muy docil con el cual duermo y acaricio y le digo todos los dias q lo amo, eso de confunde porque no se que le esta pasando,ojala me puedan ayudar gracias
ResponderEliminartengo una hija de 14 anos que me odia y que sse ha ido de casa dos veces tiene buenas notas, pero es muy rebelde y no quiere aceptarme como su madre que soy/
ResponderEliminarTENGO UNA HIJA DE 15 AÑOS ES MUY REBELDE CUANDO PIENSO QUE LAS COSAS VAN BIEN LLEGO DE TRABAJAR Y SE HA IDO DE LA CASA O LOS VECINOS ME DAN QUEJAS DE QUE ELLA SE LA PASA HACIENDO FIESTAS EN LA CASA EN LA QUE REALIZA MUCHOS ESCANDALOS.
ResponderEliminarLA VERDAD NO SE QUE HACER CON ELLA
Tengo un hijo de 12 años, el cual no me respeta porque dice que somos iguales, que en donde dice que me tiene que obedecer y respetar, que el no me pidió traerlo al mundo. Soy una persona recién divorciada
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