lunes, 20 de diciembre de 2010

Sobre parejas (1)






Rafa, Rafita, como lo llamaba su madre, estaba desolado y, hoy, para hablarme se había tumbado en el diván.

-Estoy preocupado, balbuceó, hoy me la hice chupar más de media hora por Jacinta Unzué y, mientras ella se corrió seis veces con sólo chuparme, yo nada. Bueno, nada no, pero no pude eyacular. En dos o tres oportunidades, mientras me chupaba, sentía algo parecido a un orgasmo pero, como no eyaculé, quedé como triste, abandonado. Ella, cuando se fue, sonreía feliz y me dijo que se iba contenta porque se había sentido amada por mí. Rafa se quedó en silencio un largo rato y luego comentó con algo de ironía: cada vez estoy más tiempo con las mujeres y estoy consiguiendo desconocerlas por completo... como ejemplo, le puedo contar lo que me pasó la semana pasada... Le interrumpí para decirle que por hoy era suficiente y nos despedimos hasta la próxima. Cuando se fue Rafa yo me quedé pensando en mi propia sexualidad que casi no tenía o, por lo menos, no me podía dar exactamente, cuenta de cuál era mi sexualidad. Me la pasaba todo el día trabajando y, cuando no trabajaba, escribía y cuando no trabajaba ni escribía, pintaba. Me sentía amado por muchas personas, mujeres, hombres y niños. A veces llegaba a pensar que eran demasiadas las personas que me amaban. Poco a poco me iría entonteciendo. Ya le había pasado a Federico, muriéndose y no se había dado cuenta de nada, de casi nada.
          Hoy le envié unas flores a Gloria Fuertes. Me sentí bien al hacerlo, aunque nunca terminaba de entender porqué hacía esos actos: Enviarle telegramas al Rey, flores a los Poetas, libros a gente que no leía.
          Cuando sonó el teléfono me sobresalté y tardé en cogerlo. A llevantarme ya habían cortado. Abandoné la consulta y salí caminando sobre mis propias piernas a dar un paseo. Mientras paseaba, me pidieron limosna y yo, como cuando era joven, le dije al pordiosero:
          -Yo no doy limosnas, soy marxista.
          Después me fui riendo de mí mismo hasta llegar al bar.




DE LA REVISTA EXTENSIÓN UNIVERSITARIA Nº 41 


Helena Trujillo
Terapeuta de Parejas-Asesora Matrimonial
Tratamientos efectivos a partir de la 1ª entrevista

jueves, 16 de diciembre de 2010

El concepto de inconsciente en la vida cotidiana

EL CONCEPTO DE INCONSCIENTE EN LA VIDA COTIDIANA
12-11-10

El psicoanálisis es una disciplina que se ocupa del estudio del psiquismo humano. Es un pensamiento revolucionario y de candente actualidad. La producción fundamental de la obra freudiana es el concepto de inconsciente: hay cosas que suceden en el sujeto sin que él sepa nada de ellas, y estos procesos no son azarosos, están sometidos a unas leyes, leyes de las que sólo el psicoanálisis da cuenta.
La producción de esta nueva disciplina se remonta a principios del Siglo XX, es decir, es una ciencia muy joven.
La revolución copernicana, el momento en el cual Copérnico nos enseña que la percepción de nuestros sentidos es precisamente ilusoria, nunca ha llegado a ser asumida definitivamente por nosotros.  Lo más evidente en mí, mis sentidos, son los responsables de la producción de ilusiones, es decir, reconocen la realidad pero no saben de ella, sino aquello que padecen. Reconozco y al mismo tiempo, simultáneamente, desconozco. Por ejemplo, reconozco tener deseos, pasiones, sentimientos. Desconozco la dirección de mis deseos, el origen de mis pasiones. Padezco mis deseos como síntomas. Reconozco el fenómeno, me doy cuenta que el sol es un astro, que la tierra es un planeta, percibo una relación sistémica entre ese conjunto, pero desconozco el verdadero movimiento del sistema y confundo la apariencia con la verdad. Copérnico produce –con su producción teórica- una herida narcisista en la Humanidad. El Hombre, que tenía una concepción geocéntrica del universo, tiene que conformarse con que su planeta sea más pequeño y gire alrededor de otro centro.
Freud explica que el sujeto había tenido tres heridas narcisísticas profundas: esta revolución copernicana, la revolución de Darwin en tanto descentró al sujeto biológico, el hombre que era el centro de la cadena biológica pierde ese lugar y ahora es sólo eslabón de la cadena de los seres vivos. La tercera herida es la producción de la teoría del inconsciente, que descentra al sujeto de la conciencia y lo supone determinado por el sistema inconsciente, que  no sólo se diferencia de la conciencia, sino que también la determina y la genera. Es como si todas estas ciencias fueran descubriendo una carencia en el hombre, carencia de la cual se parte para poder ser.
Necesitamos como un pensar a contratiempo para ingresar en estos campos de las ciencias conjeturales. Las prácticas científicas no pueden ser prácticas teóricas solamente ni prácticas técnicas solamente. Parece ser que la actividad científica se caracteriza por una compleja articulación entre la práctica teórica y la práctica técnica. 
En psicoanálisis hablamos de una ruptura a nivel teórico, filosófico y a nivel ideológico. Estamos hablando de la ruptura teórica: aquel descentramiento que produce la teoría del inconsciente en el sujeto del inconsciente respecto de su conciencia. La ruptura filosófica es donde el psicoanálisis, como modo de producción científica, parte para investigar el campo, del último efecto producido por el sistema, es decir, ya no es una ciencia de causas. Cuando estudio los sueños, en lugar de empezar la investigación en el deseo inconsciente, Freud, parte del último objeto del sistema, el sueño contado, es decir, deformado por el soñante, la palabra, el síntoma. Por lo tanto el psicoanálisis es una ruptura filosófica al determinar que el proceso de investigación psicoanalítico es un proceso que parte de los efectos.
Si parto del efecto y voy reconstruyendo operaciones, entonces interpreto la causa. Con esto construyo, interpreto la existencia de una fuerza capaz de actuar sin mostrarse.
La psicología conductista también cura pacientes, el psicoanálisis kleiniano, la medicina general, el arte de bordar, los viajes rápidos a Grecia, también curan pacientes. Pero estos métodos, aplicados al campo psíquico, no pueden regular ni prever los efectos que producen. Por lo tanto no pueden hacer ni diagnóstico, ni pronóstico, ni plan de tratamiento. El psicoanálisis cura, pero no puede ser reducido a un método terapéutico. Movimientos culturales como el surrealismo (que toca la poesía, la publicidad, el cine, la arquitectura actuales...) son imposibles de pensar si no es desde el psicoanálisis. Para la Medicina, resulta de una ayuda inestimable tener en cuenta los aspectos psíquicos que contribuyen a la producción, mantenimiento y curación de las enfermedades orgánicas, que pueden ser un elemento fundamental en la curación del paciente. Y así, podríamos enumerar las aportaciones que el psicoanálisis ha hecho para pensar muchas otras disciplinas.
La verdadera aportación freudiana a la historia del Pensamiento es el concepto de Inconsciente. El concepto de Inconsciente es el objeto de conocimiento de la teoría psicoanalítica. Uno no puede irse a pasear con el inconsciente, es un concepto, se produce en el marco teórico del psicoanálisis. No existe el autoanálisis, no puedo realizar una introspección y llegar a mi inconsciente, porque no está en ningún lugar, lo produce la escucha psicoanalítica. El método de interpretación es el mismo para los sueños, los síntomas, o el discurso del paciente en general.
Objeto de conocimiento: Concepto de Inconsciente.
Método: Interpretación-construcción
Técnica: Asociación libre en transferencia.
 No se trata de que yo voy a una realidad y la leo con el método, no se trata por tanto de aplicar el psicoanálisis, sino de producir una nueva realidad. Por eso el psicoanálisis no es una cuestión de reparación, sino de producción de sujeto, producción de un nuevo sujeto que no necesita la enfermedad para hablar.
Freud no era un onirocrítico, cuando escribe La Interpretación de los sueños, no le interesa interpretar los sueños, le interesa la máquina de soñar: el aparato psíquico, cuáles son los procesos que operan en él y cuáles sus leyes de funcionamiento. Luego la Interpretación onírica es la Interpretación psicoanalítica, ya que no se interpreta el sueño, sino al sujeto, al soñante, se interpreta el deseo del sujeto como motor del sueño.
El sueño es una formación del inconsciente, al igual que el síntoma, el chiste (como nos muestra en el chiste y su relación con lo inconsciente), el lapsus (psicopatología de la vida cotidiana). Son la via regia al inconsciente.
Sólo podemos saber del inconsciente por sus efectos: lapsus, olvidos, actos fallidos, síntomas, sueños... El inconsciente no hay que ir a buscarlo a ninguna profundidad, porque el discurso del paciente es único y doble, lo que dice es consciente e inconsciente, está en la superficie, en las frases que pronuncia el paciente.
Denominaremos preconscientes a las ideas conscientes que han dejado de estar en la conciencia pero que pueden volver a ella. Denominaremos ideas inconscientes a aquellas que no pueden hacerse conscientes a no ser que sea a través de los síntomas neuróticos, los sueños, los lapsus y la negación. Lo inconsciente deja de ser considerado como aquello que es olvidado o no está en la conciencia, ahora recibe una significación más amplia. No designa ya tan sólo ideas latentes en general, sino especialmente las que presentan un determinado carácter dinámico, esto es, aquellas que, a pesar de su intensidad y eficacia, se mantienen lejos de la conciencia. La idea inconsciente es excluida de la conciencia por fuerzas vivas que se oponen a su recepción, no oponiendo, en cambio, obstáculo ninguno a las ideas preconscientes. El psicoanálisis demuestra que la repulsa de las ideas inconscientes es provocada exclusivamente por las tendencias encarnadas en su contenido.
Aunque los síntomas son una producción del inconsciente, ellos mismos no son inconscientes. Los síntomas son más bien efectos, manifestaciones de procesos inconscientes. Procesos psíquicos que pudiendo haberse desarrollado hasta llegar a la conciencia, se ven perturbados e interrumpidos en su curso, obligados a permanecer inconscientes. El síntoma se forma en sustitución de algo que no ha conseguido manifestarse a la conciencia. Su existencia tiene por condición que un proceso psíquico no haya podido llegar a su fin normal y hacerse, por tanto, consciente. Los síntomas son considerados como una transacción o permuta, esto es, un proceso psíquico inconsciente que logra su acceso a la conciencia a cambio de deformarse hasta resultar irreconocible. Un síntoma es como una realización encubierta de deseos. Los síntomas neuróticos obedecen a esta tendencia de satisfacción de deseos, por cuanto los mismos mecanismos, de condensación y desplazamiento, que intervienen en el sueño, se aprecian también en su formación.
Los síntomas tienden a la satisfacción sexual del sujeto neurótico cuando éste carece de ella en la vida real. El neurótico sufre una frustración, al rehusarle la realidad la satisfacción de sus deseos inconscientes, recurre a su formación para verlos realizados. La libido, inhabilitada para satisfacerse, buscará su satisfacción en la regresión a organizaciones anteriores y objetos abandonados en el curso del desarrollo del sujeto.
Como el sueño, el síntoma presenta algo en estado de realización, procurando una satisfacción al modo infantil (autoerótico); pero mediante una gran condensación consigue llevar la libido a una satisfacción real, aunque extraordinariamente limitada y apenas reconocible.
El psicoanálisis entiende que la desaparición de los síntomas no significa la curación de la enfermedad. De ser sujetos deseantes no nos podemos curar, no podemos curarnos del inconsciente. A veces nos cuesta reconocer haber cometido un lapsus, un olvido, queremos achacarlo a instancias ajenas a nosotros mismos. Es más fácil para nosotros decir que hemos llegado tarde por el tráfico que admitir que hoy no teníamos ganas de venir. Rechazo pensar que los problemas con mi marido son la cristalización de mi ideología con respecto a los hombres. En lugar de reconocer que tengo deseos con otras personas, tengo celos con mi pareja.
El psicoanálisis, en última instancia, ni se ocupa de los sueños ni de los síntomas, sólo de la máquina que los produce. El psicoanálisis descubre que los mecanismos que intervienen en la producción de síntomas, son los mismos mecanismos que intervienen en la vida psíquica normal. Pensar que los síntomas y la enfermedad tienen sentido y son efecto de un trabajo inconsciente, ofrece una dimensión nueva de los procesos del enfermarse y de su tratamiento. 
No hay inconsciente sino después de la interpretación, primero: no es posible el autoanálisis, porque el paciente asociando libremente no puede llegar a lo inconsciente, se queda en lo preconsciente, para la producción del inconsciente es necesaria la escucha analítica, y por otro lado, no habrá psicoanálisis posible sin análisis del analista. El aparato psíquico está organizado para negar los procesos inconscientes, ya que el sujeto que piensa el psicoanálisis es un sujeto dividido: consciente e inconsciente. 
La psicología conductista también cura pacientes, el psicoanálisis kleiniano, la medicina general, el arte de bordar, los viajes rápidos a Grecia, también curan pacientes. Pero estos métodos, aplicados al campo psíquico, no pueden regular ni prever los efectos que producen. Por lo tanto no pueden hacer ni diagnóstico, ni pronóstico, ni plan de tratamiento.
Este descubrimiento Freudiano tiene claras repercusiones en nuestra vida. Al igual que ya no es el sol el que gira alrededor del planeta Tierra, nuestros sentidos nos engañan, la conciencia no es el centro de nuestra vida psíquica. Las cosas no son lo que parecen. No somos lo que  creemos que somos. Estamos sobredeterminados por nuestro inconsciente y por los modelos ideológicos que nos han sido transmitidos.
Nuestra vida está sostenida por dos sobredeterminaciones: la determinación social y la determinación inconsciente. La libertad queda reducida a las fisuras que se produzcan en esta articulación. La libertad casi no existe y cuando existe es considerada como delincuencia, locura o inmoralidad.
Darse cuenta de la vida que tenemos y de por qué nos pasa lo que nos pasa no es nada fácil, porque la mayoría de las veces desconocemos los pensamientos ideológicos que nos limitan y los deseos inconscientes que nos mueven.
La ideología no se transmite de forma consciente y voluntaria, tu mamá no te transmite su forma de pensar directamente, sino que esa ideología que “mamamos” de nuestra madre, esos pensamientos que nos rigen, han sido transmitidos por la familia en su quehacer diario, en frases en las que no reparábamos su relevancia, en actos de la vida cotidiana que nos van transmitiendo qué es un hombre, qué es una mujer, el uso del dinero, el uso del sexo, la libertad o la ausencia de ella. Ese machismo del que tanto nos quejamos lo transmiten las mujeres a sus hijos e hijas. Esa madre que quería libertad para sus hijas, luego les pregunta todos los días cuándo van a buscarse novio. Si una mujer es otra cosa que lo que se espera de ella, se la reprime.  
Sin una transformación de los modelos ideológicos que forman la familia, que forman a los hijos, que educan a los adolescentes y que enseñan a los universitarios, no puede haber transformación de las sociedades ni de las relaciones de los hombres y mujeres de esas sociedades.
El Psicoanálisis arranca, para siempre, una venda de los ojos de la humanidad. La mujer, el hombre, antes del psicoanálisis, no sabían nada acerca de cómo se producían:
LA POESÍA
LA CIENCIA
EL AMOR
El pensamiento Inconsciente es, en el límite de su libertad, la POESÍA.
Un saber no sabido por el científico, lo lleva por el camino de la “Verdad”.
Es por eso que el psicoanálisis posibilita que os preguntéis: ¿por qué lo femenino (tiempo de la poesía, residencia de la función poética) antes del psicoanálisis era más fácil para un hombre que para una mujer? y ¿por qué, ahora, después de la Interpretación Psicoanalítica, la mujer puede, si lo deseara, apropiarse de lo que le pertenece desde siempre, la Poesía?
Y hoy día lo sabemos, el hombre ya ha agotado sus posibilidades de liberación y si, aún, había alguna posibilidad de liberación para la mujer, es el psicoanálisis el que lo posibilita.
En 1900, Freud puede diferenciar con precisión y destreza, una mujer histérica de una mujer. Esta diferencia permitirá a la mujer, sin ser histérica, decir que NO. Determinar, a partir de la negación, su propio pensamiento Inconsciente. Después de la Interpretación psicoanalítica, la mujer podrá ser una mujer sin pertenecer a ningún hombre. La mujer producía en ese grado de libertad un camino propio hacia el poder, hacia la creación en general.
Lo que el hombre conseguía con un simple desdoblamiento de su moral, a la mujer le costaba la enfermedad o el castigo. Lo que al hombre le daba hasta cierto prestigio social, cuando ocurría en ella, sólo le servía para ser denigrada, aún, un poco más. Ella misma dudaba de su moralidad cuando deseaba.
Es el psicoanálisis que nos dice: Hombre y mujer, articulados de manera compleja con ser padre y madre, constituyen la sexualidad de todo hombre, de toda mujer. Todo lo humano puede producirse en Ella.
La inocencia no existe. El hombre en la opacidad de su ceguera seguirá viendo siempre lo mismo, hasta que estalle en actos, hasta que cambien las circunstancias correspondientes a la ideología que habla en su cuerpo. El hombre no puede ser libre, pero no hay fuerza que termine con la libertad de palabra, depende de la palabra y no del que la pronuncia. Cualquier palabra puede ser unida a cualquier palabra y eso es una ley. El que habla, por hablar, adquiere la libertad de lo que habla. Por eso el psicoanálisis permite al hombre y, fundamentalmente a la mujer, una libertad que antes no tenían. Le pide que hablen.

 Helena Trujillo, Psicoanalista

jueves, 9 de diciembre de 2010

Paseando por el Congreso y Reflexiones del Puente de la Constitución

Paseando por el Congreso


Lo que hicieron los controladores no podía haber sido previsto por ninguna persona normal e inteligente como bien nos muestran algunas películas sobre la mafia italiana y otras.
Cuando actúan lo hacen precisamente en aquellos momentos y situaciones donde nadie puede pensar que actuarían. Es por eso que el daño que producen es casi siempre irreparable.
Esto lo digo porque hoy en el Congreso aun los políticos que están de acuerdo con las medidas tomadas por el Gobierno frente al acto salvaje de los controladores contra España, contra el Gobierno y contra 600.000 españoles inocentes, preguntan por qué el Gobierno no pudo prever semejante situación.
El jueves, a la mañana, tuve la suerte o la desgracia de encontrarme con un grupo de controladores en un café.
Hablaban en voz alta de que tenían que defender sus derechos.
Me acerqué a ellos y les pregunté:
-¿No irán a hacer ninguna protesta ni ningún movimiento sindical justo en el puente más largo del año?
Y dos de ellos me contestaron:
-¿Pero no, señor, qué cree que somos criminales?
-No, no, de ninguna manera.
Pagué mi café y seguí haciendo mis cosas pero, caminando, recordé un pasaje de El padrino donde uno de los capos fue preguntado por su mujer si tenía que ver con los asesinatos últimos, y el tipo contestó sin tapujos:
-Querida ¿qué crees, que soy un asesino?
Y yo, que soy muy normal y muy inteligente, a pesar de la similitud de los hechos descarté la idea por absurda.

 

 

- Reflexiones del Puente de la Constitución -I-


Comentarios al pasar

Entré en youtube para entretenerme con algunos poemas recitados, Lorca, Aleixandre, Vallejo, Quevedo, Tuñón, Oliverio Girando, Germán Pardo García, Olga Orozco, Enrique Molina y antes de comenzar el festín tuve la mala idea de ver si había comentarios.

Había algunos, mal escritos y como si fueran personas que no entienden nada de poesía y ni siquiera de política.

La gente que no me ha leído y que hacen comentarios malintencionados, son un poco incultas y tampoco tienen mucha cultura sexual.

Más adelante voy a retomar este asunto de la cultura sexual pero en este momento lo que me interesan son los comentarios.

La semana pasada hace 10-12 días, Mourinho dijo en voz muy alta que la modestia no sirve para nada y creo que llegó a decir que Ronaldo era mucho mejor que Messi. Y que vinieran a meterle a él ocho goles (como pasó con el Almería).

Yo creo que el Barcelona, sus jugadores, su técnico, tuvieron piedad, porque con un poco de entusiasmo le habrían metido los ocho goles que pedía el entrenador del Madrid.

Y esto no es para hablar de fútbol, que no entiendo mucho, sino para comparar comentarios.

Esos comentarios tan desafortunados de Mourinho no son nada comparado con los comentarios que se hacen de mi labor poética, entiéndase escribir y también leer.

Ejemplo, que no voy a tener en cuenta porque a ese señor, le falla el cerebro.

Comentario: “Lorca se recita en andaluz”, me dijo la bestia, y luego (y ahí se le vio el plumero), “usted lo recita en argentino”.

Lo primero que pensé (porque sentir se lo dejo todo para los pacientes y los críticos), pensé: Y para qué piden libertad en Internet, para poder decir esas tonterías y tener algún poder, controlar a todos los que no se parecen a ellos.

Es decir, quieren matar todo lo distinto cuando, precisamente, la maravilla del ser humano es su semejanza a los otros humanos, y al mismo tiempo sus diferencias (hace unos años cuando yo estudiaba esas cosas, llegué a saber, que para fabricar un ser humano igual a otro ser humano no se conseguiría jamás, perdón, los sabios que me enseñaban esos avatares, no decían jamás, decían que fabricar un ser humano igual a otro ser humano llevaría cinco mil años.

El imaginario de cada ser es diferente en cada ser. Y es, por decirlo de alguna manera, irreductible a cualquier maniobra de conocimiento y de conciencia.

Entiendo que me estoy desviando un poco pero tengo setenta años y escuché muchos comentarios a lo largo de toda mi vida.

La ideología, la tan mentada ideología, es conducida por el imaginario de cada uno. Por eso que los pactos tienen que ser por escrito y lo más alejado de sentimientos (que en todos los casos son imaginarios, quiero decir personales). No sirven ni para los negocios ni para el amor. 


 Reflexiones del Puente de la Constitución -II-


El estado de ánimo
Hoy me “siento” con poco ánimo para escribir.

Aunque sin mucho ánimo, hoy tengo algunas cuestiones.
Todos sabemos que un hombre cuando habla dice una cosa y luego dice otra cosa, pero los hechos no son tan hábiles como las palabras.

Un hombre cuando habla hasta puede mentir, decir que ama a una persona que no ama y lo contrario. En cambio, los hechos no mienten.
Ejemplo: los controladores, al actuar, hicieron perder al país cuatrocientos treinta millones de euros y destruyeron de manera poco elegante las vacaciones y las obligaciones contraídas de miles y miles de ciudadanos.

Frente a esta materialidad y después que el Gobierno se vio obligado a la militarización del colectivo, los controladores piden perdón a la población afectada y dicen que no son los únicos culpables y algunos hasta lloran porque se sienten presionados.

Ustedes se dan cuenta qué horror sería juzgar a los criminales por lo que sean capaces de decir después de cometido el crimen, del cual se tienen pruebas materiales de su culpabilidad. Estarían presos y condenados a muerte los inocentes y los criminales pasearían en libertad por las calles de la ciudad y seguirían cometiendo más crímenes.

Los poderosos del PP y todo el Gobierno Valenciano son una prueba material de esta sinrazón.

El Estado de ánimo español debería, de la misma manera que no deja presentarse a las elecciones a ciertos grupos sospechosos, debería prohibir absolutamente presentarse a elecciones a los corruptos (con pruebas policiales contra ellos) aunque no hayan sido declarados culpables, ya que sabemos que existen jueces corruptos, sobre todo el amigo del presidente de la Comunidad Valenciana.

Los secretos, no tan secretos, que hablan de Zapatero y su entorno, si no fuera por lo que dicen los periodistas españoles (24 h y CNN+) antes de dar a conocer los semisecretos, se deberían tomar como un halago al Gobierno español.

Zapatero, un lince y muy bien formado en los temas importantes. Rubalcaba, directamente encantador. Blanco, que no te mira a los ojos pero conoce a fondo la política y el alma de todos aquellos que no mira a los ojos. Moratinos les gritaba a los embajadores pero en un mundo sometido a la sinrazón norteamericana, gritarle a los representantes del estado de ánimo norteamericano puede ser considerado un halago.

Y a pesar del consabido machismo de los norteamericanos cuando hablan de las mujeres del Gobierno, lo hacen con respeto y cierto grado de admiración.

Hablando del machismo que en España es muy grande y que muchas mujeres comparten, no puedo entender por qué insisten en hablar de violencia de género cuando, en realidad, se trata de crímenes pasionales.



El psicoanalista jubilado

martes, 7 de diciembre de 2010

Este viernes, Charla de Psicoanálisis: LA FAMILIA COMO ESTRUCTURA SEXUAL

LA FAMILIA COMO ESTRUCTURA SEXUAL
ESTE VIERNES 10 DICIEMBRE
19:30 HORAS

La familia humana es la base y condición necesaria de reproducción de la especie; gracias a ella el sujeto puede sobrevivir, y en ella cada uno de los padres ocupa un lugar esencial. Además, su papel es primordial en la trasmisión de la cultura. Gobierna los procesos fundamentales del desarrollo psíquico y en un marco más amplio, trasmite estructuras de conducta.
Casi todas las actividades humanas se desarrollan dentro de la esfera de lo social, es por eso que se dice que el núcleo familia es tan indispensable para el desarrollo del sujeto, es ahí donde se forja el carácter y la personalidad de cada individuo y no podemos pasar inadvertido que del núcleo familiar en donde cada uno se ha desenvuelto es muy diferente. En la familia se cristaliza el modelo ideológico que la sustenta. Es el aparato de educación por el que ha de pasar, casi sin excepciones, todo miembro de nuestra sociedad desde el primer hálito de vida. La familia es el enlace entre la estructura económica de la sociedad y su superestructura ideológica.

Impartida por la psicoanalista Helena Trujillo


Sala Ámbito Cultural de El Corte Inglés
C/Hilera, s/n Edf. Hogar Departamento de Librería

ENTRADA LIBRE

TAMBIÉN SE EMITIRÁ ONLINE EN DIRECTO

miércoles, 1 de diciembre de 2010

La navidad

PSICOANÁLISIS Y VIDA COTIDIANA:
LA NAVIDAD


En Navidad, casi todos intentamos acercarnos un poco más a la familia, especialmente a esos parientes a los que apenas vemos o que más dificultades nos plantean a la hora de relacionarnos. Son unas fechas en la que cada año, parece tenemos la obligación de ser felices y de llevarnos bien con todo el mundo o al menos, de aparentarlo. Parece que en Navidad todos debemos ser mejores de lo que somos y vivir mejor de lo que vivimos habitualmente.
Con la llegada del nuevo año son muchas las personas que aprovechan para marcarse nuevos propósitos. Algunos se plantean sus propuestas, pero como si el decir fuese suficiente para el cumplimiento de algo, las olvidan a los pocos días y ya nunca hacen nada más. Otros, van trabajando a lo largo del año en busca de esos objetivos. Podemos diferenciar entonces a aquellos que se quedan en la propuesta y aquellos que establecen un plan de trabajo.
Los que se quedan en las palabras o pensamientos no conseguirán nada nuevo, seguirán pareciéndose a sí mismos.
Los que creen que la felicidad de encuentra en el camino del trabajo, trabajarán para conseguirse una vida mejor y para ello no es necesario esperar a fin de año.
Cuando uno no consigue lo que dice querer, aparecen sentimientos como la culpabilidad, impotencia, inutilidad, ansiedad. En vez de lamentarse por lo ocurrido, sería más adecuado aprender algo.
En Psicoanálisis decimos que cuando alguien no consigue lo que dice querer, es que no lo deseabaNo conseguir lo deseado es, a veces, el indicativo de que aún no lo deseamos lo suficiente, pero no hemos de cesar en el empeño. Todo esfuerzo tiene su recompensa. La única forma de transformar la realidad es a través de la acción.
Estamos, sin embargo, acostumbrados a esperar respuestas inmediatas a nuestras acciones. Es muy importante que aprendamos a tolerar la incertidumbre y no decaigamos. Hay que tener en cuenta que los resultados no son los que uno fantaseaba, sino otros que pueden hasta ser mejores. La realidad siempre es mejor que la fantasía. De lo que está sobrado el neurótico es de fantasía, lo que le falta es capacidad de trabajo.
Según el Psicoanálisis, el triunfo y el fracaso conllevan el mismo gasto psíquico pero, evidentemente, sabemos que las consecuencias son muy distintas.
Con estos argumentos está claro que nos quedamos sin excusas. Responsa-bilizándonos de la vida que tenemos todo está en nuestras manos para cambiarla. Para qué esperar al año nuevo, cuando hoy mismo podemos dar un pequeño paso para que nos vaya la vida mejor. Para qué esperar a Nochebuena cuando hoy mismo puedo prestar atención a otras personas.
El trasfondo cultural de la navidad está lleno de buenas intenciones, lo interesante sería convertirlas en acciones durante todo el año. Dar amor, regalar, compartir, estar con los seres queridos, celebrar.
Tal vez nos cueste abandonar los ideales, nos cuesta valorar las cosas que tenemos y deseamos una perfección que nunca va a producirse. Vivimos infelices y así morimos.
La enfermedad de este siglo es que no toleramos a los demás. Fomentamos el individualismo, la soledad. Pero cuando nos sentimos solos el mundo se derrumba, parece que no haya futuro. Nos alimentamos con nuestras lágrimas en lugar de ser más atentos con los demás. En lugar de valorar las diferencias, los encuentros y los desencuentros. Todo lo aprovechamos para separarnos. Está claro que así no llegaremos muy lejos.
Existen tres objetos que producen deseos, interés y atracción. La mirada, el habla y la escucha. Mirar genera deseo, hablar también, pero lo que realmente atrapa el deseo de otra persona es escucharle. Nadie se para escuchar a nadie, no nos interesamos de los otros, sino de nosotros mismos. Muchas veces el hecho de escuchar a una persona permite que se establezca una corriente afectiva. Un buen consejo para todo el año y, especialmente en navidad es este: escucha a los demás, suspende por un momento tus pensamientos, preocupaciones, egoísmos y escucha aquello que te muestra esa otra persona. De esta forma, estoy segura, descubrirás muchas cosas. Escuchar al otro da sentido a su forma de relacionarse y permite que podamos relacionarnos adecuadamente con él.
Ceder parte de nuestro egoísmo nos hará sentirnos mejor, facilitará y favorecerá nuestras relaciones y nos dará un placer social con beneficios a largo plazo.
En palabras del Poeta y Psicoanalista Miguel Óscar Menassa, nuestra riqueza es la riqueza de nuestras relaciones sociales.
No olvidemos que todo es más fácil cuando sonreímos, pero la sonrisa no es algo natural en el ser humano, también es un trabajo sonreír.


Helena Trujillo Luque
Psicoanalista
Telfs. 952 39 21 65 – 626 67 33 22

jueves, 25 de noviembre de 2010

CASOS DE ÉXITO


Recostada en el diván ella recorría entre palabras los momentos más duros de su vida. Se sentía terriblemente sola, todo lo que quería había muerto, hasta sus ilusiones. El primer día que la vi era como un fantasma, un ser sin alma que buscaba el aliento necesario para seguir viviendo. Sola, en una vida tejida a través de los años, no sólo no tenía con quién hablar, sino que no tenía para quién vivir.
La soledad invadía todos los espacios, del trabajo a casa y de casa al trabajo, así transcurría su vida desde que él había puesto punto y final a la enfermiza relación que mantenían desde hacía años. Desde la muerte de sus padres, ella había volcado todas sus esperanzas en esa relación de pareja. No le importaban las amistades ni ocupar su tiempo libre. Él llenaba su mundo, ya no necesitaba más. Perderlo no estaba en sus planes. El mundo se le vino encima el día en que hizo las maletas y se marchó para no volver.
Los colores que antes llenaban su vida se volvieron oscuros. La última puerta a la felicidad se había cerrado para ella. Para él vivir con una persona así se le había hecho insoportable. La dependencia era tal que le faltaba el aire, ella no daba opciones, empobrecieron su vida hasta el extremo de que en el mundo sólo estaban ellos dos, todo lo demás vacío. Ahora ella estaba sola. Apostó a un único número y lo perdió todo. Había aniquilado de un plumazo toda la humanidad. Ni el trasiego de la ciudad conseguía hacerle sentir que había otros. Estaba encerrada en sí misma, en su propia cárcel.
Desde un principio, parecía que yo no existía para ella. Hablaba para sí misma, no daba lugar a mis intervenciones, apenas había cruce de miradas. Con el tiempo fue derribando los altos muros que había construido y fue dejándome entrar, alguna sonrisa, algún gesto de complicidad. Un día llegó a decir que se había puesto ese vestido para estar guapa para mí. Parecía ilusionada por sus sesiones, por contarme su vida cotidiana y, también, empezaba a tener alguna ilusión de futuro. Pequeños destellos de luz dejaban entrever un mundo más rico que ese pequeño en el que ella había vivido tantos años.
Un día llegó a la consulta irreconocible, sonreía de lado a lado de la cara. Se había inscrito en la universidad y empezaba las clases con ganas. Tenía ganas de tener compañeros, tener horarios, moverse de su anquilosamiento. Hacía dos meses que había retomado una relación de amistad con una compañera de la infancia, quedaban de vez en cuando para tomar café, ir de compras. Hacía años que habían roto el contacto y no sabía por qué. Empezó a entender que la relación de pareja no era ninguna solución para su vida. “No es bueno amar como si el otro fuera la única persona del mundo” –dijo. Escuchar esas palabras de su boca ya eran un gran paso.
Ya no temía a la soledad, había abierto tantas puertas que ni vivir sola ni estar soltera le hacían sentirse única ni abandonada. Tenía amigos que la querían, tenía personas a las que querer y tenía un fuerte compromiso con su psicoanálisis. Había entendido que un libro basta para estar con otros, que son los compromisos los que te hacen vivir, que comprometerse no era entregar tu vida al primer postor.

lunes, 22 de noviembre de 2010

Mi vida ha fundido...

Los decires de un viejo verde (Nº 6 - Mayo 1996)

338.-Querido doctor, estoy en condiciones de decir que mi vida ha fundido. Todas las conclusiones que guiaban mis pasos han resultado equivocadas para vivir en este medio. A todo lo mío, le pasa lo peor. Soy un hombre moderno, mis hijos al borde del manicomio o de la cárcel, alguna de mis mujeres siempre al borde de la muerte, cada uno de mis hermanos al borde de un desvío. Espero que usted me ayude a modificar mi situación en algo. Su vida tiene mucha letra, le dije, a su vida le falta un poco de música, algo de silencio.

miércoles, 17 de noviembre de 2010

Una bonita forma de felicitar un cumpleaños

A THOMAS MANN,
EN SU SESENTA ANIVERSARIO
1935

¡Querido Thomas Mann!:

Acepte usted amistosamente mi cordial expresión de afecto en su sesenta cumpleaños. Yo soy uno de sus más “viejos” lectores y admiradores; podría desearle una larga y feliz vida, como es de rigor hacerlo en semejantes ocasiones. Pero me abstengo de ello: desear no cuesta nada y me parece significar una recaída en aquellos tiempos en los cuales se creía aún en la omnipotencia mágica de los pensamientos. Además, mi propia experiencia me ha convencido de que no hemos de quejarnos si un destino compasivo
limita a su debido tiempo nuestra existencia.

Tampoco considero digno de imitación el que en estas ocasiones festivas se anteponga el cariño al respeto, que se obligue al festejado a oír cómo se lo cubre de alabanzas en tanto que hombre, cómo se lo analiza y critica en tanto que artista. No quisiera hacerme culpable de semejante presunción. Pero hay algo que sí puedo permitirme: en el nombre de incontables de sus contemporáneos debo manifestarle nuestra convicción de que usted nunca haría ni diría -las palabras del poeta son, en efecto, acciones- nada que fuese cobarde o mezquino, de que usted, ni siquiera en épocas y en situaciones susceptibles de confundir el juicio, dejará de seguir el camino recto y de guiar por él a los demás.

Cordialmente suyo,

FREUD
Junio de 1935

martes, 16 de noviembre de 2010

EN LA BÚSQUEDA DE LA FELICIDAD.

 EN LA BÚSQUEDA DE LA FELICIDAD

La evolución del individuo sustenta como fin principal el programa del principio del placer, es decir, la consecución de la felicidad, esto choca con las exigencias de la vida en comunidad. La evolución individual se nos presenta como el producto de la interferencia entre dos tendencias: la aspiración a la felicidad, que solemos calificar de «egoísta», y el anhelo de fundirse con los demás en una comunidad, que llamamos «altruista». 

Casi podríamos decir que la comunidad humana sería más exitosa si los individuos pudieran renunciar a su felicidad individual. Hemos de admitir que el proceso evolutivo del individuo puede tener rasgos particulares que no se encuentran en el proceso cultural de la Humanidad. A veces, la felicidad individual, no encaja con lo que se espera de nosotros, por tanto a veces caemos en la locura, la delincuencia o la enfermedad.

Tal como nos ha sido impuesta, la vida nos resulta demasiado difícl, nos depara excesivos sufrimientos, decepciones, empresas imposibles. Ser felices como nos impone el principio del placer es imposible, más no por ello debemos abandonar los esfuerzos por acercarse a su realización. La felicidad es un problema de la economía libidinal de cada individuo. Y es por eso que los neuróticos aunque tienen los mismos problemas que resolver que los demás, su vida es peor y más difícil, sufriendo en ella mayor displacer, angustia y dolor. Sólo una transformación de su economía libidinal puede cambiar su posición sufriente.

Nuestra disposición psíquica no nos permite gozar intensamente sino el contraste. Así nuestras facultades de felicidad están ya limitadas en principio por nuestra propia constitución. Resulta asombroso que el ser humano ya se estime feliz por el mero hecho de haber escapado a la desgracia, de haber sobrevivido al sufrimientoContra el temible mundo exterior sólo puede uno defenderse mediante el alejamiento de las fuentes de displacer. Existe, desde luego otro camino mejor: pasar al ataque contra la Naturaleza y someterla a la voluntad del hombre. Además, otra posibilidad es tratar de influir sobre el propio organismo, no en vano el sufrimiento existe en tanto así lo sentimos. Para otros el camino es la intoxicación, consumo de sustancias le que alejan, por un momento, de su realidad.

La posibilidad de desplazar al trabajo y a las relaciones humanas una parte de los componentes narcisistas, agresivos y aun eróticos de la libido, confiere a estas actividades un valor muy destacable. La actividad profesional ofrece mayor satisfacción cuando ha sido elegida libremente. No obstante, el trabajo suele ser menospreciado por el hombre como camino a la felicidad , la inmensa mayoría de los seres sólo trabajan bajo el imperio de la necesidad.

Estamos viendo que ninguna regla vale para todos; cada uno debe buscar por sí mismo la manera en que pueda ser feliz. Su elección del camino a seguir será influida por diversos factores. Todo depende de la suma de satisfacción real que pueda esperar del mundo exterior y de la medida en que se incline a independizarse de éste. Así como el comerciante prudente evitará invertir todo su capital en una sola operación, así también la sabiduría quizá nos aconseje no hacer depender toda satisfacción de una única tendencia, pues su éxito jamás es seguro.

(Seleccionado de el libro El Malestar en la Cultura, S. Freud)

sábado, 13 de noviembre de 2010

Vídeo de la Charla sobre El concepto de inconsciente en la vida cotidiana

EL CONCEPTO DE INCONSCIENTE EN LA VIDA COTIDIANA

12-11-10

El Psicoanálisis ha arrancado, para siempre, una venda de los ojos de la humanidad. La mujer, el hombre, antes del psicoanálisis, no sabían nada acerca de cómo se producían: LA POESÍA, LA CIENCIA y EL AMOR.
La Teoría del Inconsciente viene a poner algunas cosas en su sitio. Aquello que otras teorías no alcanzaron a explicar del comportamiento humano, el Psicoanálisis descubre por qué vivimos como vivimos y cuál es el papel de los procesos inconscientes en nuestra vida cotidiana.


Impartida por la psicoanalista Helena Trujillo
Presentada por D. Antonio Vela, 
Profesor de la Facultad de Psicología de Málaga
Sala Ámbito Cultural de El Corte Inglés

martes, 9 de noviembre de 2010

Usted no ayuda


USTED NO AYUDA
Muchas veces se ha planteado tomar medidas, dar un paso para conseguir esos propósitos que hace tiempo viene planteándose. Luego son agua de borrajas y el tiempo pasa como si nada. Esta vez ha sido diferente, algo en usted ha encendido esa lucecita que le indica que es el momento, que ya no aguanta más. Puede que en su caso se haya decidido a apuntarse al gimnasio, iniciar esa dieta que tanta falta le hace o tal vez se animó a pedir, por fin, cita con el psicoanalista. Lo más difícil está hecho.
Ahora el trabajo es comenzar y mantenerse el tiempo necesario, sin desanimarse, hasta alcanzar el objetivo. Esto no es nada fácil. La mayoría de las veces somos nuestro mayor enemigo. Si ya nos costó dar ese primer paso, ahora el problema es que la mayoría de las veces abandonamos en estas primeras fases. Al ser humano nos cuesta poner de nuestra parte para generar los cambios que nuestra vida necesita, movernos del apoltronamiento al que tan fácil es acostumbrarse. Todos recordamos esa frasecilla de “más vale malo conocido que bueno por conocer” y que nos engaña tantas y tantas veces. Creemos que el mundo es injusto, pero no necesitamos a nadie que nos ponga la zancadilla, ya estamos nosotros para ello.
Los profesionales estamos para dar esa energía y esos ánimos que a veces escasean, pero es imprescindible su ayuda para que podamos hacer nuestro trabajo. ¿Qué sería un psicoanalista sin pacientes? Me tengo que ocupar de estar en mi sillón escuchándole, pero usted no debe descuidar su compromiso que se va forjando a través del tiempo, como las cosas importantes de la vida. Es cierto que la sociedad actual nada ayuda, ya que nos educan en ideales donde el concepto de trabajo muchas veces brilla por su ausencia. He de tener la paciencia que nadie tuvo con usted, los ánimos que a veces a usted le faltan, pero no me lo ponga tan difícil. No puedo ir a su casa a buscarle, no puedo convencerle de lo que no está previamente convencido. Me acuerdo ahora del aforismo: “No es bueno esperar que las cosas vengan del cielo, no es bueno esperar que otro haga por mí lo que ni siquiera yo soy capaz de hacer”, qué razón tiene, si uno no pone de su parte nadie podrá ayudarle.
Debe saber, no obstante, que estructuralmente esto ocurre. La Humanidad no acepta gustosa ningún paso, recordemos cuando se quemaban a los más eminentes científicos por contradecir con sus ideas la moral vigente. Ahora es usted el que a veces quema sus posibilidades de crecimiento, el que se cierra las puertas al bienestar, el que me niega la posibilidad de ayudarle en el largo camino que es la vida. Pero aquí seguiré, en mi sillón, trabajando, porque algún día volverá a darse esa oportunidad, porque algún día sus fantasmas llamarán de nuevo a su puerta y esa vez no podrá soportar su soledad. Si lo necesita, ahí estaré. 


Helena Trujillo