jueves, 29 de abril de 2010

Sin pensar el futuro no se puede vivir.

SIN PENSAR EN EL FUTURO NO SE PUEDE VIVIR
Comienzo a psicoanalizarme, no para curar ninguna herida pasada,
 sino para vivir mejor los años futuros.
M.O.M.
Podemos leer en la prensa de estos días un artículo que nos habla de que la mayoría de los jóvenes que quieren retomar los estudios se quedan en el camino, sólo el 20% de los alumnos que se presentaron en abril para obtener el Graduado en ESO aprobaron. Muchos de los que ahora han retomado los estudios lo habían abandonado por razones familiares y económicas, ya sabemos que muchas familias requieren que arrimemos el hombro a la economía familiar y no siempre estudiar ha estado bien valorado. Esto, que como digo le ha pasado a muchas personas, es una causa cada vez menor, porque en estos momentos el principal motivo de abandono está en la desmotivación, la incapacidad de diferir en el tiempo el logro de objetivos materiales, la idea generalizada de que estudiar no te garantiza ningún porvenir.
¿Qué está pasando? ¿Es positiva la enseñanza obligatoria hasta los 16 años? ¿A quién le interesa una sociedad culta? ¿Todos vamos a ser intelectuales? Se me ocurren muchas preguntas que pueden ayudarnos a reflexionar un poco sobre estas cuestiones. Considero muy positivo y un logro social que se amplíe la edad de formación obligatoria, aunque entiendo que ello supondrá que un porcentaje de alumnos no se ajustará a esas condiciones. Esto, en lugar de constituir un fracaso, implicará el esfuerzo por parte de las administraciones en dotar de vías que ofrezcan una opción formativa diferente a esos alumnos, quiero decir, uno puede fracasar en una modalidad de enseñanza, pero puede ser un alumno motivado y de éxito en otro estilo formativo. Sabemos que no es fácil y que aún no se ha conseguido, que abordar la diversidad no sólo implica inversión, sino también considerar que somos semejantes aunque diferentes.
Respecto a quién interesa una sociedad culta podría decirles que a mí me interesa, yo deseo una sociedad con más cultura, donde los libros no sean un adorno en las estanterías, donde las conversaciones refieran a acontecimientos diferentes a la programación de la televisión, donde se valore el trabajo de las personas y no la fama efímera de algunos personajes. Ahí creo que está el problema principal, se ha creado una forma de vida que se mantiene por las mentiras, por la publicidad y el marketing. Hoy en día se crean personajes de la noche a la mañana por su simple aparición en un programa de televisión o por decir que ha mantenido una relación sexual con tal o cual persona. Se ha desvirtuado el valor de lo vocacional, ya no nos importa demasiado si nos gusta o no un trabajo, lo importante para la mayoría es si se gana dinero o no. La ley del mínimo esfuerzo se ha generalizado y ahora muchos están de vuelta, he ahí el ejemplo  de las personas que se plantean retomar los estudios para obtener el graduado en ESO o que se inscriben en la universidad para obtener un título superior.
¿Es que antes no pudieron estudiar o no quisieron? No hace falta que responda, la alegría es que muchas personas retoman los libros, aunque eso no es suficiente para que sean personas con deseos de aprender, con interés en estudiar, con afán de progreso. Muchos reinciden en su desidia, apenas hincan los codos y si están ahí es con la ilusión de un puesto de trabajo seguro, si los hay. La cultura no está de moda, sigue siendo un deporte de minorías, cuesta organizar eventos culturales y contagiar de entusiasmo al público si no se le ofrece algún canapé al finalizar el acto. Así somos. Pese a ello, hemos de alegrarnos porque muchos se han dado cuenta del error, si no siembras no recoges. Hay que pensar en el futuro, el tiempo que muchos dedicaron en salir de marcha o ver la televisión, otros lo invertimos en estudiar, en crear nuestras empresas, en estudiar oposiciones y voilá aquí están los frutos. La mejor enseñanza que uno puede tener en la vida es darse cuenta de que sin pensar el futuro no se puede vivir.
Helena Trujillo
Psicoanalista Grupo Cero

martes, 27 de abril de 2010

Una tarde muy erótica y literaria...

UNA TARDE MUY ERÓTICA Y LITERARIA

El pasado jueves 22 de abril celebramos la semana del libro de una forma muy especial, realizando un recital de literatura erótica en la Biblioteca Municipal de Alhaurín de la Torre.
He de felicitar la buena organización del Área de Cultura del Ayuntamiento, así como el buen ambiente de las bibliotecarias, que espero disfrutasen de la picante lectura. Confieso que disfruté muchísimo, no sólo por estar ante textos de autores tan buenos como Henry Miller, Anaïs Nin, Miguel Menassa, Guillaume Apollinaire, Gabriela Mistral, Pablo Neruda, Georges Bataille, etc. También porque una es consciente del impacto que esas páginas causan en los asistentes. No estamos habituados a encontrarnos ante textos de estas características de forma tan directa y sincera, sin censura, sin timidez y en público. Creo que hasta la cámara que filmaba la lectura se sonrojó alguna que otra vez.
Pese a lo acostumbrados que estamos a las imágenes y a las fantasías, es bueno realizar, de vez en cuando, ejercicios como estos que nos permiten aprender que una cosa son las palabras y otras los hechos, que hay que alejarse un poco de la vida cotidiana para entender que hay otras vidas, incluso vidas aún no vividas.
No fue mi primer encuentro con este tipo de literatura, ni mucho menos será el último, pero estoy seguro que para muchas y muchos de los asistentes sí fue su primera vez. Estaban acostumbradas a la literatura romántica, rosa, donde el argumento gira en torno a historias de amor imposibles, encuentros inesperados, etc. Pero desconocían que existían autores que escriben historias tan apasionantes y bien relatadas. Novelas donde, desde lo más grotesco a lo más sutil, acontecen encuentros entre seres humanos en los que el sexo no es un problema y donde la satisfacción, en muchas ocasiones, es todo un descubrimiento.
Espero que haya nuevas citas, no sólo eróticas, también poéticas, malditas, porque son muchos los géneros y los autores que aún nos quedan por descubrir y que, cada vez, nos hacen viajar desde nuestro sillón.
Helena Trujillo Luque
Psicoanalista – Coordinadora de un Taller de Escritura



FRAGMENTO DEL LIBRO EL SEXO DEL AMOR, DE MIGUEL OSCAR MENASSA.
-Yo soy el prototipo de hombre que pudo algo y no pudo algo. Se podría decir que voy empatado con la vida. La vida me metió algunos goles, yo le metí algunos goles a la vida. Pero esta vez estaba en el centro de un vivir diferente, si era capaz de escribirlo, o de hacerlo escribir y no dejar de sentir lo que sentía, era como un bien que le haríamos a toda la humanidad. Algo había pasado en el siglo XX. Algo con el sexo, algo con el amor, algo con la escritura, y nosotros éramos ese testimonio vivo, a la vez inútil. Era necesario escribirlo, hacerlo escribir. Los veía vivir y no lo podía creer. No se parecían a nada, yo empecé a sentir que había llegado mi oportunidad. Ellos, ellas, son todos escritores, pero ninguno de ellos se animará a contar lo que viven. Así fue, brevemente, como comencé a mirar con intención de narrar como vivían, y tomaba notas y notas y, a veces, me enceguecía hasta tal punto que, por tomar notas terminaba no dándome cuenta de lo que pasaba. Algún día, me decía todo esto tendrá algún argumento, aunque roto, y eso será una novela. Y ahora, creo que ha llegado ese día. A mí, me llamaban el Turco porque todo lo vendo y todo lo compro. Soy un representante del dinero sobre la tierra, también compro y vendo el amor. Cuando conocí al profesor, sin poder acercarme a él, no pude sentir otra cosa que ese hombre había salido de mi imaginación, después, esa sensación rozando casi lo siniestro, se volvió a repetir con todos los hombres y todas las mujeres que, de una u otra manera, estaban conectados con el Profesor. Ahora ya estaba más habituado a ese tipo de encuentros. En realidad, les pasaban las mismas cosas que le pasaban a todo el mundo, pero ellos reaccionaban diferente y algo habían aprendido a gozar. Así que cuando el profesor, en el café donde se reunían, sin dirigirse a mí, preguntó, quién era yo, qué hacía ahí sentado escribiendo, yo le contesté rápidamente:
-Yo soy el novelista, para los amigos El Turco. El profesor saludó con la cabeza y dijo:
-Encantado.
Yo sólo moví la cabeza y cuando la levantaba por segunda vez, vi claramente que Zara, una mujer joven, hermosa y desconocida me miraba con deseos. Pero yo, en principio, me hice el tonto. Yo tenía que escribir cómo vivían, pero no tenía que vivir con ellos.
La segunda vez que me sentí mirado por Zara con deseos, comencé a sentir que, a lo mejor, existía verdaderamente la posibilidad de que yo viviera con ellos, y ellos escribieran la novela. Después, la vida me enseñaría cosas que todavía no había aprendido.
Esa misma noche al despedirse, con la excusa de que la esperaban Miguel y Carlina en un bar de la calle Córdoba, Zara se acercó a besarme y me preguntó, pegando su boca a mi oído, susurrando:
-¿Y yo voy a estar en la novela? Y yo, pensando en sus labios entreabiertos, sentí, escuché verdaderamente que Zara me decía:
-Cómo te la voy a chupar. Creo que sentí una especie de rubor, me levanté y tomándola de un brazo, le dije a mi vez: necesito hablar contigo, y Zara dijo que no, que no podía faltar a la cita con Miguel y Carlina.
Suavemente la fui empujando hacia el baño de mujeres. Ella tenía una falda muy corta, así que inmediatamente, le llegué…

domingo, 18 de abril de 2010

Así fue la presentación del libro Poetas del fútbol.

14 DE ABRIL DE 2010, SALA ÁMBITO CULTURAL
PRESENTACIÓN DEL LIBRO “POETAS DEL FÚTBOL”  y ESTRENO DEL CORTOMETRAJE “EL HORTELANO”



En palabras de D. Jorge Carretero, prologuista del libro “Poetas del fútbol” viene a aportar algo diferente de lo que normalmente se encuentra en cualquier libro dedicado al fútbol. Es de agradecer la visión polifacética que nos ofrece, así como el entusiasmo del autor.
Cuando hablamos de fútbol muchas pueden ser las referencias bibliográficas al respecto. No sólo levanta pasiones en los estadios, en las casas o en los bares, también muchos son los teóricos o apasionados que han querido plasmar en páginas escritas su visión de este deporte. Periodistas que trazan la vida de grandes jugadores, exfutbolistas que se atrevieron a la escritura, publicaciones de técnicas deportivas y de entrenamiento, etc. Tampoco podemos olvidar, como nos señala el propio autor, los ríos de tinta que a diario se vierten en los periódicos deportivos, por otro lado, los más vendidos.
El fútbol, no cabe duda, interesa. Pero hasta ahora a nadie se le había ocurrido conjugar Poesía, Psicoanálisis y Fútbol.  Uno podría preguntarse qué tiene que ver la poesía con el fútbol y qué hace un psicoanalista hablando de ello. Nos encontramos ante un libro singular, pues inaugura un nuevo campo. Carlos Fernández se toma el trabajo de articular Psicoanálisis con Fútbol. Tal vez su larga experiencia de estar en un grupo le permitió comprender la importancia de que haya un grupo para que haya un verdadero equipo. En una experiencia de trabajo de psicoanálisis aplicado, enumera las implicaciones concretas que puede tener el psicoanálisis en el fútbol.
En la página 58 de libro leemos: “El Psicoanálisis es más que un procedimiento médico, por ende, más que aplicaciones debemos hablar y pensar en interés, en tanto las aplicaciones conllevan una utilidad, y con ello un régimen de precariedad que se agota en el producto, sin embargo el interés apunta a la posibilidad de transformación, otro tiempo donde sin dejar de ser fútbol se puede producir dinero, crear puestos de trabajo, realizar una labor educativa, social y, esto es fundamental: divertirse practicándolo y viéndolo jugar.
No se trata de llegar rápido, sino de llegar lejos. Un grupo puede acortar el tiempo de producción de cualquier actividad deportiva, un grupo le permite a cada jugador rendir más. Si hay grupo hay equipo, el grupo es el alma del equipo. Es difícil pensar un equipo de fútbol sólo como la reunión de un conjunto de personas con intereses exclusivamente deportivos.
¿Y quién coordina el grupo que posibilite la construcción de un equipo? ¿Qué teoría permite desplegar la producción social de la institución? ¿Puede haber ideas fuertes sin una economía vigorosa que las sustente?
El Psicoanálisis en este sentido es una herramienta de trabajo, un instrumento de conocimiento y el método más eficaz en el análisis de toda estructura empresarial. Con ello se puede pensar la producción y distribución de los diferentes valores deportivos, la vinculación del trabajador y el trabajo, la relación y discernimiento entre Institución y Grupo, los criterios de salud y objeto social deportivo de los que habla la Ley del Deporte.”
“El fútbol es un hermoso baile, un dibujo animado hecho realidad, fantasía en acción, táctica y estrategia dentro de los límites del juego…El fútbol es poesía, articulación de lo imposible sobre un verde manto, cuerpos en las gradas como oleaje al unísono en el giro del balón, los colores del club pintados en el rostro, efímera belleza y eterna puntuación…”
Hasta ahora, habíamos escuchado hablar de “la cultura del fútbol”, su jerga, los rituales, pero unir fútbol y cultura resulta algo novedoso en tanto los propios seleccionadores de fútbol base reconocen que más del 60% de los jóvenes mayores de 16 años abandonan los estudios.
Parece, como destaca el propio autor, que lo único que se les está transmitiendo es que lo importante es jugar al fútbol, sólo existe el cuerpo, la inteligencia está reñida con el buen juego, pensar no sirve para nada.
El título ya deja claro que la ambición del autor no es enseñar a jugar bien al fútbol, de eso se encargan desde hace años excelentes técnicos de los diferentes puntos de la geografía. Su pretensión es introducir nuevos significantes, unir en sutil conjuro la pasión más antigua, la poesía, la ciencia de lo humano, el psicoanálisis y el deporte más universal, que practica más del 4% de la población mundial.
No podemos olvidar que, como bien señala el autor, “que la importancia del psicoanálisis deportivo radica en que ninguno de los productos psíquicos infantiles ha  sucumbido en el adulto. Los sueños del hombre normal reviven todas las noches su carácter infantil y así podemos pensar casi todas las dificultades de un equipo deportivo”. Son innumerables los cuentos, novelas, obras de teatro y cine que dan cuenta del fenómeno social en las diferentes noticias que depara el fútbol. Es la poesía, utilizando el imaginario universal, la que trabaja lo singular de cada acto, anticipando la realidad. SE hace eco de la materialidad más perdurable del lenguaje.
Las crónicas de cada partido narran la historia desde el resultado del vencedor, la poesía es la que nos cuenta la verdadera historia.


El libro culmina con una interesante y entrañable entrevista a uno de los futbolistas más grandes de la historia, D. Alfredo Di Stéfano. En una conversación distendida podemos extraer importantes consejos para los jóvenes y no tan jóvenes. El fútbol es pan para hoy y hambre para mañana, el fútbol no se hizo para ser profesional, se hizo para entretener a la gente. El fútbol es para hacer personas agradables, gratas, atléticas, no para ganar dinero. El fútbol es una casualidad. Cuando jugaba nunca pensé que iba a ser profesional. Cuando voy por las categorías inferiores, siempre le digo a los jóvenes “ agarren los libros, que no muerden”. Hay que estudiar.
Don Alfredo trae una interesante anécdota del jugador Enrique García, de Argentina, llamado el “poeta de la zurda”. Él se va de todos los jugadores y marca un gol. Cuando regresa de marcar se vuelve arrastrando los pies sobre el césped en zigzag y los compañeros le preguntan ¿qué haces?, él les contesta: estoy borrando las huellas para que no me la copien.
Lo que no enseña don Alfredo con esto es que en el fútbol, como en la poesía, el que lo repita nunca lo alcanzará, repetir es imposible.
Un hombre muere apenas si otro hombre lo nombra, escribió el poeta Miguel Oscar Menassa. En el fútbol también el silencio es mortal.

Helena Trujillo, Psicoanalista

lunes, 12 de abril de 2010

Este miércoles: CINE Y FÚTBOL en la Sala Ámbito Cultural de Málaga




El Dr. Miguel Oscar Menassa recala nuevamente en Málaga para presentarnos su última producción cinematográfica, el cortometraje EL HORTELANO, rodado el pasado agosto en Camarma de Esteruelas y Benalmádena.

El candidato al Premio Nobel de Literatura de 2010 vuelve a mostrar la diversidad de su obra, que abarca desde poesía, narrativa, teoría psicoanalítica, pintura y, también, cine. 

Para conocer la obra del autor, visite www.miguelmenassa.com

El propio autor confiesa: La idea de realizar este cortometraje nació de un poema de mi propia autoría, del libro La Mujer y Yo. Ha pasado algún tiempo desde que comenzó el proyecto hasta ver el corto  realizado. En el cortometraje se ha intentado mostrar la relación entre una mujer que no puede desear pero que ama exageradamente, y en el otro lado de la moneda, la incapacidad de un hombre para amar a la mujer que lo ama.


Carlos Fernández, nace en Madrid en 1958, publica libros desde 1995. Es Médico y Psicoanalista, Especialista en Dirección Deportiva, siendo profesor del Curso Superior de formación de Directores Deportivos de la Real Federación Española de Fútbol desde 2007.

De pequeño comenzó una afición por el fútbol que ahora se ve cristalizada en publicaciones en artículos y en este primer libro sobre la cuestión.

Este libro nos permite conocer algo más sobre este deporte, tan extendido y que tantas pasiones despierta, a través de una entrevista al fútbol. Por otro lado, plasma la relación de este deporte con el mundo de la cultura, cómo si no hay palabras es imposible la transmisión. Y, por último, el texto culmina con una interesante entrevista a uno de los mejores jugadores de todos los tiempos, Don Alfredo Di Stéfano, en la que se demuestra que sin una buena estructura de pensamiento es imposible llegar a ser un gran jugador de fútbol.

El autor nos quiere presentar de esta forma que son muchas las cuestiones a trabajar sobre este juego de balón. Es muy importante cuidar el cuerpo del futbolista, pero casi tan importante el estado anímico para la obtención de los mejores resultados. En próximas publicaciones nos promete mucho más sobre este interesante tema.

Jorge H. Carretero, portavoz de la Real Federación Española de Fútbol, llevará a cabo la presentación.




Contaremos con la presencia de los autores,
Dr. Miguel Oscar Menassa y Dr. Carlos Fernández del Ganso.

Os invitamos a propiciar un interesante coloquio sobre fútbol,
cine, psicoanálisis, poesía, salud.

Te esperamos el próximo miércoles 14 de abril, a las 19:30 horas en la
Sala Ámbito Cultural de El Corte Inglés de Málaga,
 justo encima de la librería.

martes, 6 de abril de 2010

La revista JÚBILO entrevista a Miguel Menassa (Nº 126. Abril. Páginas 80, 81 y 82)





IMPOTENCIA SEXUAL: UNA MIRADA DESDE EL PSICOANÁLISIS

IMPOTENCIA SEXUAL: UNA MIRADA DESDE EL PSICOANÁLISIS
Ya les gustaría a muchos que existiera la "píldora de la felicidad". Algunos creyeron encontrarla en el fármaco Viagra que se presentaba como la panacea para la impotencia sexual. Sin embargo, años después y, pese a su uso extendido y el desarrollo de fármacos de similares características, la impotencia sigue siendo un agujero negro en el que muchos podemos vernos inmersos en algún momento de nuestra vida.
Lo reconoce Freud en el texto "Sobre una degradación general de la vida erótica" en el año 1912, la impotencia psíquica es la enfermedad para cuyo remedio se acude a la consulta del psicoanalista con más frecuencia. No existe persona alguna que no haya atravesado por un momento de impotencia o frigidez. Esto nos ha de llevar a considerar que cuando hablamos de impotencia no debemos pensar todo el tiempo en un pene erecto o flácido, sino en situaciones diversas en las cuales el sujeto, masculino o femenino, no alcanza el éxito cuando éste es esperado.
Preguntarnos acerca de una sexualidad normal, resulta inquietante, es muy difícil decir qué es normal y qué no lo es. Para Freud, lo normal de la sexualidad está muy lejos de constituir una norma. La impotencia y la frigidez, en sus diferentes maneras de mostrarse, son trastornos muy comunes y extendidos que acompañan a la vida erótica corriente. Lejos de lo que podría pensarse, la liberación de las costumbres no ha servido para modificar la frecuencia de estos trastornos. Lo que indica que liberar las costumbres no significa liberar el deseo.
La función sexual se halla sometida a muy diversas perturbaciones, que en su mayoría presentan el carácter de simples inhibiciones. Los síntomas principales de la inhibición del hombre son: 1º. Displacer psíquico; 2º. falta de erección; 3º. eyaculación precoz 4º. falta de eyaculación; 5º. falta de la sensación de placer del orgasmo. Algunas inhibiciones son evidentemente renuncias a la función a causa de que durante su realización surgiría angustia.
Las relaciones sexuales no son más que una de las múltiples expresiones de la vida del sujeto, una alteración de las mismas apunta a una manera patológica de relacionarse con el mundo. La pulsión sexual no tiene como fin original la reproducción, sino la consecución de placer, por ello la conducta sexual de una persona constituye el prototipo de todas sus demás reacciones. Un impotente en sus relaciones sexuales será probablemente impotente para otras actividades, por ejemplo escribir, hablar en público, etc.
Si nos manejamos en el terreno de la genitalidad, se clasifica como víctima de impotencia o disfunción eréctil a todo hombre que no tiene una erección lo suficientemente rígida para permitir la penetración, así como a aquellos que la pierden ante un cambio de postura o poco después de la penetración. Esto le sucede, según los datos, hasta el 20% de los varones en los países desarrollados, de los cuales menos del 10% acuden al especialista para seguir un tratamiento. Lo que caracteriza a la impotencia es una carencia de erección, pero otra forma de impotencia es la desafectivización de los objetos amorosos.
Freud ya destacaba en 1913 la importancia de establecer un diagnóstico diferencial para discernir la participación del elemento orgánico frente al neurótico, sin embargo aún hoy en día no está muy claro, para la mayoría de los profesionales de la salud, qué es la impotencia psíquica, aquella en la que no existe ninguna alteración orgánica responsable. Estrés, cansancio, exceso de trabajo, complejo de inferioridad, depresión, ansiedad, sentimiento de culpa, son los términos habituales que se manejan, pero se quedan cortos para explicar y resolver esta sintomatología. No entraremos aquí en las distintas patologías médicas, ya sean vasculares, neurológicas, hormonales o urológicas, que pueden ocasionar disfunción eréctil. Nos ocuparemos de aquellas otras situaciones en las que el organismo, pese a estar en condiciones adecuadas, no responde con éxito y satisfacción.
Es curioso que esta perturbación ataque precisamente a individuos de naturaleza intensamente libidinosa. A pesar de existir deseo a realizar el acto, el órgano no responde. El fallo no se produce, en la mayoría de los casos, sino con una persona determinada y nunca con otras. En el hombre no han llegado a fundirse las dos corrientes cuya confluencia asegura una conducta erótica plenamente normal: la corriente "cariñosa" y la corriente "sensual". El hombre muestra apasionada inclinación hacia mujeres que le inspiran un alto respeto, pero que no le incitan deseo sexual, y, en cambio, sólo es potente con otras mujeres a las que no ama, estima en poco o incluso desprecia. La inhibición de su potencia viril depende, según esto, de alguna cualidad del objeto sexual. El amor, en ellos, está centrado no en la mujer, sino en la madre. Por ello no pueden hacer el amor con la mujer que aman porque es su madre, mientras que pueden hacer el amor con una mujer a condición de que sea una mujer degradada. En la medida que sea totalmente opuesta a la madre, es que puede subordinarla.
Estos factores que motivan la impotencia psíquica se pueden encontrar en la mayoría de los hombres. En los conflictos neuróticos nos encontramos con el peso de los deseos sexuales infantiles. El pasaje del autoerotismo al amor de objeto, y a la sexualidad normal, requiere la fusión de estas dos corrientes, que por estar sobredeterminada por lo inconsciente, será siempre fallida, insuficiente, errónea. No hay que olvidar que el objeto sexual no es sino un subrogado del objeto primitivo y ninguno de los subrogados satisface por completo. El camino de la elección de objeto le ha conducido desde la imagen de su madre, y quizá también desde la de su hermana, a su objeto actual. Huyendo de todo pensamiento o intención incestuosos, ha transferido su amor, o sus preferencias, desde las dos personas amadas en su infancia, a una persona extraña formada a imagen de las mismas.
Para articular el sexo, según Freud, hay que inscribirlo en el Edipo porque sin falo no hay movimiento. El falo es la premisa universal del pene y la negativa del niño en reconocer la diferencia de los sexos, dando por hecho una única existencia. La función de la diferencia sexual se inaugura cuando se instala la función fálica, cuando se detiene la atribución imaginaria de falo, porque tanto el hombre como la mujer se constituyen como sexuados en la dialéctica fálica, y es al lugar que ocupa la madre el lugar al cual se atribuye el falo. El falo es fundamental como significante, fundamental en ese imaginario de la madre que se trata de alcanzar, porque el yo del niño se apoya en la omnipotencia de la madre. Se trata de ver dónde está y dónde no está. Nunca está verdaderamente donde está, nunca está del todo ausente de donde no está.
Madre Fálica, es la madre de ese colmamiento ideal, completud total para ambos miembros de la célula primordial. Justamente a ella debe el sujeto renunciar, en un acto nunca del todo completado en su posición inconsciente. El sujeto va haciendo su historia, de ruptura, de intentos fallidos de volverse a colgar de los brazos de su madre y de reiniciar esa historia de amor. Esta función de corte que permita al sujeto liberarse de la ilusión de ser el objeto del deseo de la madre, sólo funciona, cuando ella puede tener un deseo otro que el del hijo. Si esto no se cumple, si no hay una desviación de su mirada de los ojos del niño, si nada perturba esta situación idílica, el padre como diferencia, no puede intervenir, la relación se eterniza desapareciendo el sujeto en su condición de deseante. O el individuo sucumbe, o el deseo se modifica, o declina.
Ningún hombre puede separarse de ninguna mujer. La mujer puede, en cambio, separarse en cualquier momento de cualquier hombre. El hombre no puede separarse de su madre, en cambio, la mujer al separarse del hombre, vuelve con su madre, por eso para ella es tan sencillo. El varón tiene que elegir entre su objeto incestuoso o su sexo. Si quiere conservar uno, debe renunciar al otro. El padre simbólico, es necesario para ese destete por el que el niño sale de su acoplamiento con la omnipotencia materna. Hay una solución para el sujeto, la identificación al padre. Aquél a quien se considera haber castrado a la madre. Esta identificación al ideal del padre es la vía de solución que ofrece al sujeto la dimensión del narcisismo.
La estructura de la omnipotencia no está en el sujeto, sino en la madre, en el Otro primitivo. Quien es omnipotente es el Otro. Pero tras esta omnipotencia, se encuentra la falta última de la que se halla suspendida su potencia. Que el falo no se encuentre allí donde se lo espera, allí donde se lo exige, explica que la angustia sea la verdad de la sexualidad. La castración es el precio de esa estructura. Es un juego ilusorio: no hay castración, porque en el lugar donde tiene que producirse, no hay objeto para castrar. El goce fálico es el obstáculo por el cual el hombre no llega a gozar del cuerpo de la mujer, precisamente porque de lo que goza es del goce del órgano. En la medida que el placer tiene un límite, donde demasiado placer es un displacer, se detiene y parece que no falta nada.
No está mal partir de la impotencia para comenzar a interrogarse sobre lo que es el deseo. Si la impotencia teme, no es temor ni a la potencia ni a la impotencia. El sujeto humano, en presencia de su deseo, llega también a satisfacerlo, a anticiparlo como satisfecho. El sujeto teme la satisfacción de su deseo, lo que le hace depender a la vez, de aquél o aquélla que va a satisfacerlo, a saber, del otro. La angustia constituye el medio del deseo al goce. No hay deseo realizable por la vía en la que lo situamos sino implicando la castración. Si el sujeto se situara mejor con respecto a lo que para él constituye ley, temería menos perder su deseo. El temor de la pérdida del deseo remite a la castración.
La mujer deseable y deseante es una figura peligrosa. Representa una criatura de la que hay que huir porque puede condenar a la castración o bien una criatura a la que hay que someter a prácticas sádicas para degradarla. Lo que es temido y a lo que se tiene miedo en la penetración, es precisamente el encuentro con ese falo, el falo hostil, el falo paterno, el falo a la vez fantasmático presente y absorbido por la madre, del cual la madre misma detenta la potencia verdadera. Para los hombres la niña es el falo y es eso lo que los castra; para las mujeres el niño es la misma cosa, el falo, que es lo que las castra también, porque ellas no adquieren más que un pene y está fallado. La realización genital está sometida, como a una exigencia esencial, a la simbolización: que el hombre se virilice, que la mujer acepte verdaderamente su función femenina. La frigidez femenina se produce por la envida al pene, la impotencia masculina por la amenaza de castración. Parece que la frígida está hecha para el impotente y éste para la histérica, ambos huyendo en el síntoma de las diferencias sexuales. Cuanto menor la potencia del hombre, tanto más predominante será la histeria de la mujer. El encuentro entre un hombre y una mujer debería ser un encuentro sin esperanzas, y sin embargo, ella ambiciona que él transforme su deseo, y él ambiciona que ella hable de su deseo. Ambos saben que no podrán.
Es más fácil para el hombre afrontar a cualquier enemigo sobre el plano de la rivalidad que afrontar a la mujer en tanto ella es el soporte de la verdad. El goce del hombre y de la mujer no se conjugan orgánicamente. Si algo está presente en la relación sexual es el ideal del goce del Otro. En la medida del fracaso del deseo del hombre la mujer es conducida a la idea de tener el órgano del hombre. A la potencia no se le demanda que esté en todas partes, se le demanda que esté allí donde está presente, y justamente porque allí donde es esperada desfallece. Si la relación amorosa es aquí acabada, lo es en tanto que el otro dará lo que no tiene, y esta es la definición misma del amor.
El goce de la mujer está en ella misma y no se junta con el Otro. Lo que la mujer encuentra en el hombre, es el falo real, y entonces, su deseo encuentra allí, como siempre, su satisfacción. Si algo nos revela la experiencia, es la heterogeneidad radical del goce masculino y del goce femenino. Nada puede acercarse más al goce más perfecto que el orgasmo masculino. Sólo que únicamente el falo puede ser feliz, no el portador del susodicho. Un hombre sólo goza si ella lo desea.
Gracias al psicoanálisis, ahora, al fin, él sabe que está castrado. En fin, él lo sabe, al fin. Lo estaba desde siempre. 
Un hombre libre, sano y fuerte, también puede construirse. Finalizar, romper, para empezar, para construir.
Helena Trujillo.
Psicoanalista Grupo Cero
Telf.  952 39 21 65