sábado, 29 de enero de 2011

Recital de Literatura Erótica. Domingo 13 de febrero.


Pasa una tarde de domingo diferente. Invita a tus amigos o a tu pareja.
Comparte los mejores poemas y relatos eróticos.

Organizado por el Taller de Escritura coordinado por Helena Trujillo.
Participarán los alumnos del taller.

Entrada gratuita. Aforo limitado.

viernes, 28 de enero de 2011

Mañana de viernes, reflexiones de una psicoanalista.


Viernes, 28 de enero de 2011

Hoy el día amaneció con una fuerza incontenible. Una figura, un gran hombre, me recuerda lo necesitados que estamos de gobernantes con carisma, con ideales. Tierno Galván, aún te recordamos, los que aún no te conocimos. Los minutos se suceden, entre la música del piano. Leo las noticias de los periódicos, las tareas dejadas a medio realizar en el escritorio del ordenador y llego al correo electrónico. Uno breve me deja afectada por unas horas. Me doy cuenta que no es ni por el contenido del mismo, ni por el remitente. Es el lugar que ocupo, las vicisitudes de la relación, la transferencia.

Hablé demasiado, fui cómica, agresiva, cariñosa, educada, irónica. Por qué pasó así, por qué ahora es preciso un silencio, otra escucha. Uno no elige cómo ser frente a cada uno, sólo sabe después, cuando el otro te pregunta por qué siempre anda haciendo chistes, por qué me dice esas cosas, por qué no dice nada. ¿Personalidad? ¿Desvarío? No. Lo que tenga que pasar que pase, no le empujaré a seguir ni a marcharse. Estoy dispuesta a ser su psicoanalista, a ser lo que necesite que sea, una madre cariñosa, la autoridad de un padre que no tuvo, la que le espera llegar o la que te dejar partir y te entrega al mundo.

Él quería que respondiera a todas sus preguntas, Ella quería que le diera la razón, Él curarse de lo que no tiene cura, ser humano, soportar la incertidumbre, no saber lo que pasará hasta después. Psicoanalizarse, una aventura para el paciente, un trabajo para el psicoanalista. Una tarea imposible, que se va realizando en un entrecruzamiento de deseos, de palabras.


Helena Trujillo
Psicoanalista

jueves, 27 de enero de 2011

No llevar bien una ruptura

“ODIO A LOS HOMBRES”



“Ellos son así, traicioneros, infieles por naturaleza, te embaucan y luego te dejan tirada a la primera de cambio”. Cuántas veces no habremos escuchado esto, mujeres resentidas por alguna mala experiencia sentimental o, simplemente, prejuicios sobre el sexo opuesto. Todos tendemos a generalizar alguna que otra vez, pero las verdades como tales, cuando se trata de los seres humanos, no existen.
¿Por qué una mujer puede llegar a decir que odia a los hombres?; ¿puede llegar a ser tan negativo un desengaño amoroso como para poner punto y final a toda oportunidad de enamoramiento?; ¿son todos los hombres iguales?; ¿por qué poner las esperanzas de felicidad en ellos?; ¿acaso son los que nos tienen que proveer de todo?; ¿si una relación sale mal, todas tienen que salir mal?
Cuando se trata del amor entre hombres y mujeres hay muchas ideas preestablecidas, cada uno tiene unas expectativas diferentes que no siempre concuerdan con la realidad. Hombres y mujeres no tienen las mismas necesidades ni tampoco la misma forma de satisfacerlas. Lo que podría ser complementario, muchas veces queremos que sea idéntico, cosa que es imposible. La mayoría de los malentendidos se producen porque no asumimos la realidad de las relaciones amorosas, no se diferencian tanto del resto de relaciones humanas. Tiene que prevalecer el respeto, la educación, el derecho a la intimidad, los gustos propios. Sinceramente, todos podemos reconocer que en pareja la mayoría de estas cosas no se respeta. Existe la tendencia a pensar que tener intimidad es engañar al otro, que si hay proyectos individuales estos irán en detrimento de la relación, que la confianza es mostrarse ante el otro tal cual uno es, es decir, con todos los defectos. Es el principio del fin.
Al igual que podemos hablar teóricamente de cierto desprecio a lo femenino en los hombres, ya sea por desconocimiento de nuestra propia naturaleza o porque en muchas ocasiones sólo hemos sido objeto y no sujetos del deseo; en muchas mujeres también anida una hostilidad hacia los hombres que podemos ver en muchas actitudes feministas. Muchas mujeres atribuyen al varón una vida más fácil y asequible, como si a ellos el pan y el reconocimiento les cayera del cielo sin ningún trabajo previo. Hay que reconocer que si el hombre ha alcanzado algún prestigio social ha tenido que invertir horas de trabajo, dinero y sacrificar muchos momentos amorosos y de ocio. Sin embargo, si queremos alcanzar un lugar equivalente al de muchos hombres, tendremos que tomar un camino equivalente, que no igual, porque el que repite lo hecho jamás lo alcanzará.
Ellos también tienen que abandonar la casa materna para conquistar un mundo nuevo y desconocido, también aman y preferirían quedarse en brazos de su enamorada, ellos también dejan a los hijos con dolor para ir a trabajar. Su mundo lo tienen que hacer con sus propias manos y, muchas veces, construyen parte del mundo de la mujer con la que comparten la vida. ¿Reconocemos las mujeres la generosidad que muchos hombres han tenido con nosotras? Hablamos del trabajo doméstico, de la ardua labor del cuidado de los hijos, pero digno es reconocer que ellos también hacen algo por la familia. Tal vez, unos y otros tengamos que aprender cosas del mundo femenino y del mundo masculino, tal vez no existen medias naranjas, sino medias vidas y a lo que deberíamos aspirar es a ser dos naranjas, tener vidas completas.
Cuando hacemos del amor el centro de todas las cosas, no tenemos en cuenta que, como decía Freud en su texto “El malestar en la cultura”: jamás nos hallamos tan a merced del sufrimiento como cuando amamos; jamás somos tan desamparadamente infelices como cuando hemos perdido el objeto amado a su amor. Diría que esa es la base del resentimiento de muchas personas cuando, tras una ruptura sentimental, afirman no querer probar nunca más esa medicina. Si esperamos que el amor nos genere la felicidad que nos tiene que dar el trabajo, las relaciones sociales, los proyectos sociales, no sólo nos quedaremos sin amor, sino que además, nos sentiremos profundamente defraudados. Si no proyectamos nuestro futuro, no podremos ser felices. La felicidad es la realización de un trabajo, en conjunto entre dos o más personas. Y si no, no hay felicidad. El resentimiento y el odio no pueden ser buenos compañeros de vida, tenemos que reconocer los errores propios cometidos en la relación de pareja, parte de responsabilidad tenemos en ese fracaso y estar abiertos a nuevas personas, no porque sea necesario tener pareja para vivir, pero sí es necesario amar a otros para vivir. Vivir acompañado no es un consejo, es la única manera de vivir.

Helena Trujillo
Psicoanalista Grupo Cero













martes, 25 de enero de 2011

El insomnio.

EL INSOMNIO


Valeriana, tila, dormidina, antidepresivos, valium, baños calientes, escuchar música relajante, cannabis… Son muchas las personas que tienen problemas para conciliar o mantener el sueño, para evitarlo prueban infinidad de remedios, sin que ninguno de ellos resulte efectivo.
Decía Freud que al acostarse, se despoja el ser humano de las envolturas que encubren su cuerpo: gafas, maquillaje, dentadura postiza, ropa, etc. y obra del mismo modo con su psiquismo, volviendo, en cierto modo, al punto de partida de su vida. Cuando dormimos nos retraemos del mundo exterior, cesa nuestro interés hacia él.
Está claro que nuestro organismo necesita el descanso, pero lo importante no es dormir unas determinadas horas, sino que el sueño cumpla con cierta calidad, que permita nuestro correcto funcionamiento en las actividades diurnas. Hay que saber, sin embargo, que el aparato psíquico no para. El cuerpo necesita recargarse pero el psiquismo sigue activo, también durante el sueño.
Soñar, más allá de lo que podríamos pensar, cumple una importante función, según el fundador del Psicoanálisis el sueño es el guardián del reposo. Es la señal de que ha surgido algo que tendía a perturbar el descanso y se ocupa de que sigamos durmiendo. El gran descubrimiento del Psicoanálisis es que todo sueño es la realización disfrazada de deseos, una realización que se revela tras la interpretación psicoanalítica.
 La censura que en la vida despierta evita que acudan deseos prohibidos a la conciencia, disminuye mientras dormimos, lo que posibilita que dichos deseos intolerables puedan manifestarse a través de los sueños. Precisamente por ello, cuanto más fuertes sean las cargas pulsionales inconscientes, más inestable se torna el dormir.
Pasar una mala noche no debe llamarnos la atención, pero pasar una detrás de otra sin dormir puede interferir en nuestra vida cotidiana. Cuando la imposibilidad de conciliar o mantener el sueño se prolonga más allá de tres semanas el problema tiene nombre: insomnio. Es un padecimiento muy frecuente, más del 20% de los españoles pasa la noche en vela y el día entre bostezos.
El insomnio no es una enfermedad, más bien es un síntoma. La mayoría de las personas lo sufre de forma transitoria por un problema familiar, estrés, el jet lag, el turno laboral o el consumo de ciertos fármacos. Sin embargo, el insomnio crónico dura más de tres semanas y puede deberse a trastornos de origen psíquico como depresión o a enfermedades orgánicas como patología cardiaca, asma, reflujo gastroesofágico, alguna enfermedad reumática o parkinson.
Además de las consecuencias que ocasiona el no dormir, como somnolencia diurna, malestar general, disminución de la concentración, disminución del estado de alerta, aumento de la irritabilidad; ha de interesarnos el hecho de que para muchas personas no dormir es un modo de evitar los sueños. Ellos son los encargados de mantener el reposo, pero también nos muestran importantes deseos inconscientes que no percibimos durante la vida despierta.
El silencio de la noche, permite el egoísmo del sueño, en el que todos sus personajes son el propio durmiente. Para dormir, sin embargo, es necesario pactar con ese lenguaje onírico, permitirnos hablar más allá de nuestro control. Los sueños son una forma de expresión que escapa a los prejuicios de la conciencia y muestra una parte de nosotros mismos que desconocemos.
Fármacos y técnicas diversas se muestran insuficientes para salvarnos de nuestros desvelos. Nadie está a salvo de sus propios deseos. Las pesadillas o sueños de angustia que se nos hacen intolerables e interrumpen el dormir, no son sino sueños en los que el deseo inconsciente no está lo suficientemente deformado y, esa cercanía a su conocimiento, nos obliga a despertarnos. La angustia nos avisa de la cercanía a un deseo, más que obligarnos a dormir de cualquier forma, hay que reconciliarse con los deseos inconscientes, de esa forma más estable será el dormir. O no se han dado cuenta de que cuando uno está a gusto consigo mismo, duerme a pierna suelta.

Helena Trujillo Luque
Psicoanalista de la Escuela Grupo Cero

jueves, 13 de enero de 2011

Revista Indio Gris nº 464. Un hombre solo, al igual que las piedras, pierde el sentido de lo humano .



INDIO GRIS ES PRODUCTO
DE UNA FUSIÓN
EL BRILLO DE LO GRISYEL INDIO DEL JARAMA
LA FUSIÓN CON MÁS FUTURO
DEL SIGLO XXI

INDIO GRIS Nº 464AÑO XI

ACERCA DE UNA PREOCUPACIÓN ESTROBOSCÓPICA

Podemos asegurar que el submundo de las ideas puede lo que puede el submundo del sexo.
Si se trata del hombre, tienen sus límites, llegan sólo hasta el poder. Donde cada basura vale más de lo que pesa.
Vengo de un mundo, donde las piedras mueren en las piedras y el hombre sólo las transforma.
Voy hacia un mundo incalculable, donde todo brilla por sus uniones. Un mundo construido por conversaciones humanas. Un claro desafío contra las costumbres, un gran alboroto que anuncia la muerte de dios y el fin de la era animal para el hombre. Basta de piedras.
Vivir fue para nosotros, este tiempo, concebir estos textos. Queremos decir que también vamos a escribir sobre el amor.
Todos queremos vivir tranquilos. Ese imposible nos une en el lenguaje. Tomar un té tranquilamente, matar tranquilamente, morir ¿por qué no? tranquilamente. Tranquilamente quebrar la vida del hombre en un instante, doblegar el último sentido.
Morir, mueren las águilas nocturnas, los pájaros, las celestes civilizaciones y también, por qué no decirlo, mueren los humanos. Y tampoco está del todo mal. Morir, amar, dos zonas imposibles para el hombre.
Simbolizar, simboliza cualquiera ¿pero amar? ¿pero morir? ¿desencadenar un universo humano? Casi imposible, sólo poseo poder sobre el curso de los ríos, sólo conozco la dimensión de las montañas. Amarnos, amarnos, ya lo sé, un imposible.
Las palabras tienen todas las posibilidades de combinación. También la muerte. También el amor y sus apariciones, propias del desvarío.
Queremos decir: no sólo lo que se separa de nosotros es sustituido, sino también lo que muere en nosotros. Otros tiempos, otras palabras, son más convincentes que el pasado.
Feria de olores contra humanas ideas, seguramente, perderá la cosmética.
Los brotes de pasión, son breves para la historia. Los masturbadores crónicos, se desvanecen, antes de fin de siglo.
Un hombre solo, al igual que las piedras, pierde el sentido de lo humano y se fragmenta en la violencia de ser más.
Decimos que al hombre le falta casi todo, no sólo el inconsciente.
De todas las ilusiones, la nuestra es la mejor. Quería decir que todavía nuestros escritores no habían hablado de la muerte.
Fuimos jóvenes. Mamá todavía vivía con nosotros, y nuestra mujer fue nuestra mujer. Ellas, esclavas. Nosotros, proletariado desmedido. Se trataba como vemos de distintas liberaciones. Del ser y la muerte no había entre nosotros ningún enviado.
Esa fue la época del psicoanálisis. Grupo pequeño y transferencia, las palabras de moda. Todo fue sangre y medidas. Reino de lo biológico, donde la idea de progreso fue para todos salvación y ética.
Decimos que después de diez años de práctica psicoanalítica, el hombre que no transformó su vida, será todo lo hombre que su mujer le permita, pero afirmamos que su práctica no fue psicoanalítica. Le aconsejamos, antes de suicidarse, leer de nuevo algunos libros. Los libros pueden, a veces, con la vida del hombre. Fueron buenos médicos. Trabajadores de la normalidad y sus alrededores. Buscar científicos entre ustedes es tiempo perdido.
Decimos que la vida es una sola. Y, también, aprovechando que hoy día tanto se habla del marxismo, su práctica, como la práctica psicoanalítica, envuelve al practicante en su determinación. Queremos decir: o pervertimos la vida del practicante o pervertimos la teoría. Para que no haya perversión, ya lo dijimos, se trata de una verdadera transformación.
La revolución ¿se acuerdan? Un hálito contra nuestra propia moral. Un instante, el estallido atómico de un deseo, muerte y resurrección y después, otro mundo.
Venimos de las sombras, fuimos anunciados en un poema. Una palabra entrelazada al ser. Vinagre y maleza, hondas y nuevas preocupaciones. Palabras destinadas a lo más profundo del hombre.
Exquisito néctar olvidado. Antigua mutación donde el hombre, abierta sed, hambre desesperada, hechizado, por un pedazo de pan, pierde sus alas. Pierde, por una jarra de agua envenenada, la nobleza del vuelo.
Estamos, a esta hora de la noche, borrachos de fantasmas. Apocalipsis de los humos. Hoguera donde la humanidad tiende su fina red intemporal, sanguínea, orgía biológica, dolor y carne, fibras atómicas, células extraviadas en ese imponderable maravilloso del crecimiento atípico. Salvajes cánceres, creciendo por doquier, denunciando el destino mortal de una ética. El fin de una ilusión. Un feroz latigazo a la belleza.
Hasta la próxima.
Indio Gris

martes, 11 de enero de 2011

Dedican una calle en Benalmádena al maestro Francisco Trujillo, mi padre.




Dedican una calle en Benalmádena al maestro Francisco Trujillo, mi padre.


Benalmádena 11/1/2011

Francisco Trujillo fue el fundador del colegio Maravillas, y vio en el año 1968 colocar la primera piedra de un proyecto al que dedicó su esfuerzo personal y sus ilusiones. Comenzó su carrera como maestro en el municipio en el Colegio Maravillas, en 1972, fecha en la que se abrió el centro, y casi la totalidad de su carrera profesional la ha dedicado a los niños de Primaria del municipio, también en el colegio El Tomillar y en el colegio La Leala. Con 77 años de edad, sigue en contacto con la comunidad educativa, asesorando a padres y alumnos desde su librería – papelería Arte Nova, en Arroyo de la Miel. Gran aficionado a la literatura, en 1996 funda la revista “El consultor de Arte Nova”, que se reparte de forma gratuita en su papelería y que desarrolla un amplio contenido literario, abierto a todos los vecinos que quieran participar en la publicación. Es padre de familia numerosa (con 8 hijos y 7 nietos) y se define como un hombre sencillo, que todo lo que ha hecho en la vida lo ha realizado sencillamente porque es su profesión y su obligación, sin más pretensiones.

Desde hoy la vía ubicada en la zona de Tivoli World lleva su nombre: Maestro Trujillo. En el acto de inauguración han estado presentes, el propio Francisco Trujillo, familiares, amigos y compañeros de profesión, que han acompañado al maestro en este evento. Enrique Moya, ha presidido el acto junto a distintos concejales del equipo de Gobierno. La asociación ¿Yo? ¡Producto Andaluz!, ha sido la principal impulsora de esta acción que fue muy bien acogida por el Ayuntamiento. En el acto de inauguración se ha dedicado un pequeño homenaje a su esposa, Francisca Luque, que ayer cumplía 70 años.

El primer edil ha destacado su satisfacción por poder presidir este acto, “que va más allá del reconocimiento a toda una vida dedicada a la enseñanza”, al tiempo que ha señalado que “como alcalde, siempre agradeceré al personal docente la labor de cultivo de nuestros grandes valores, que son nuestros niños, y por ello acogí de muy buen grado la propuesta para dedicar esta calle al maestro Don Francisco Trujillo”.






Homenaje a D. Francisco Trujillo. Inauguración de la Calle Maestro Trujillo en Benalmádena.

PADRE. MAESTRO.

Un padre es aquél que te esperaba.
Es el primer maestro,
el que te inicia en los primeros versos de la vida.
Es el que te salva del abismo
y te encamina en la senda de lo humano.
Es el que confía en tus pasos y sabe esperarte.
Es el que sabe escuchar, el que no te miente,
y lo hace siempre que sea necesario.
Todos tenemos muchos padres en la vida.
Aquellos que nos cobijaron de la soledad y del miedo,
aquellos que con su amor supieron darnos
el aliento en cada momento necesario.
Maestros para que algún día nosotros
también sepamos darnos a otros.
Francisco Trujillo para muchos ha sido como un padre,
un maestro, un compañero, un amigo.
Toda tarea que le ha tocado realizar
la ha realizado con intensidad, con verdadera pasión.
Cuando le tocó enseñar siempre hubo alumnos
que lo recuerdan como el maestro D. Francisco.
Ahora que toca acordarse de él,
estamos aquí para enseñarle
que un hombre muere apenas si otro hombre lo nombra,
por eso, padre, maestro, no morirás nunca.

10-1-11
Helena Trujillo


lunes, 10 de enero de 2011

El vendedor de frutas y pájaros, Germán Pardo García

Frutería en Manresa, ERNEST DESCAL

EL VENDEDOR DE FRUTAS Y PÁJAROS

Yo soy ese hombre vendedor de frutas
que en las ciudades a las puertas llama,

con su pequeño carro y su burrito
y un pregón musical para que le abran.

Oídme lo que digo, gentes duras,
escuchad mi pregón y mis parábolas:

vengo del monte, de los campos vivos.
Soy un fruticultor de la montaña.

Vendo liebres y tórtolas, limones
y ramas de malvón, vendo naranjas.

Ofrezco almíbar de ciruelas rojas
y blando betabel, vendo guanábanas.

Nísperos doy y fresas y aceitunas
y flores de amarilla calabaza.

Vendo zenzontles, lirios y turpiales
y un mirlo arrullador en esta jaula.

Venid, llegad a mi silbante fronda
que en la ciudad ensombrecida avanza.

Vendo membrillos, uvas y frambuesas.
Acudid a comprar, vendo manzanas.

Pero nadie me escucha y estoy solo.
¿Qué se hicieron los niños que compraban

mis pájaros azules, mis ramitos
de arrayanes y todas mis castañas?

Me siento solo en la ciudad oscura.
Cambiaré mi pregón: ¡vendo esperanza!
Vendo alegría para el mundo, vendo
ternura y amistad para las almas.

¿Quién recibe un manojo de ternura?
¿Quién quiere conocer esta abundancia

cristalina que llevo entre las manos,
y que amistad y corazón se llama?

Vendo espíritu puro, vendo brisas.
Soy un apicultor de las montañas.

Pero nadie me escucha y mis pregones
se estrellan contra el muro de las casas.

La ciudad en las brumas no recuerda
 que soy su antiguo compañero. Hay caras

desconocidas para mí y se nublan
cuando paso, portones y ventanas.
Vendo frutas recientes, las más dulces,
y alcatraz y laurel y remolacha.

El eco imperceptible me responde.
Nadie más…y mi espíritu se apaga.

Voy a brindar la miel de mis colmenas
a las tímidas liebres y a las cabras,

y mis primicias de algodón al nido
del colibrí y a las palomas blancas.

La ciudad en las brumas me desprecia.
Soy un vulgar jardín sucio de cáscaras.

No se puede ofrecer frutas y alondras
a un mundo sanguinario que fracasa.

No se pueden llevar lirios al pecho,
porque otros lucen homicida espada.
¡Adiós, adiós, me voy con mis jilgueros,
mis frutas y mi olor a mejorana!

Ya nadie me conoce. ¡Adiós, amigos!
Vendo ciruelas, nueces y guayabas.

En el reloj de la vecina torre
suena la una de la madrugada.

¡Qué soledad! Mis pájaros sollozan
y no he vendido ni siquiera un ánsar.

Y yo creyendo que era el medio día,
y era mi corazón el que irradiaba.

Mi abierto corazón de niño grande,
vendedor de avecillas y balsáminas.

Ahora lo comprendo: era mi espíritu.
Soy una claridad entre fantasmas.
Me circundan espectros de otros mundos.
Seres que conocí surgen y me hablan

desde el fondo apacible de otros días,
y les vuelvo a decir: ¡vendo naranjas!

Me miran y se alejan y se ocultan
otra vez en las sombras asordadas.

Yo empuño un sol nocturno y en su esfera
le signo un ruiseñor con ojos de águila.

Y me pregunto: ¿qué hago yo a estas horas
con un carro de flores y calandrias?

¿Por qué esta oscuridad, por qué hay tinieblas
siempre en nosotros, siempre agazapadas?

¡Ah mi espíritu simple que transforma
las penumbras en luz, y entre sus lágrimas
suelta un barquito de papel y dice
que él es el capitán de aquella barca!

¡Ay del que ignora que jugó y fue niño!
¡Ay del que vive lejos de su infancia!

Mas, ¿qué hacer con los sueños que yo tuve
y en dónde ir a soñar los que me faltan?

¿Cuándo seré más hombre y menos niño?
¿Cuándo tendré la voluntad forjada

a golpes de cincel como ese obrero
que en túneles sin luz vive y trabaja,

o como el panadero que en la boca
del horno abrasador curte las masas

y el brazo leudador hunde en el gluten
y de la cueva renegrida saca
panes alimenticios y reservas
que el hombre necesita en su morada?

¿Cuándo me dejaré de estar creyendo
que no hay dolor y que las piedras cantan?

¿Cuándo voy a entender que entre los bosques
un tigre sideral bruñe sus garras?

¡Qué torpeza!... y me burlo de mí mismo.
¡Luz y penumbra … y no diferenciarlas!

¡Pobre de mí que nunca he comprendido
lo que dice mi perro en sus alarmas!

Él sí sabe, él sí escucha y él sí ha visto.
¡Me estremecen sus cósmicas miradas!

Va certero a sus presas y adivina
dónde está el escorpión y a qué distancia.
Pero a mí se me oculta siempre el mundo
¡y qué equivocaciones tan extrañas!

¡Vender turpiales a la media noche
y por una ciudad abandonada!

¡Oh discordantes sumas de mis cifras!
¡Oh divino ignorar de mi ignorancia!

Mi burrito se acuna y en sus sueños
por las estrellas inocentes vaga,

y las Siete Cabrillas en sus rondas
lo hacen girar con músicas y danzas.

¡Qué soledad!... mis pájaros suplican
y se me parte contra el mundo el alma.

Vendo azucenas, higos y nopales,
doradillas y tallos de linaza.
Mas ya me voy con mi burrito triste,
mi viejo carro y mis cantoras jaulas.

¡Adiós, adiós, me voy hacia las brisas!
Ya nunca volveré… o quizá mañana,

si la luna y el sol no se equivocan
y mis sentidos de juglar no fallan.

En el reloj de la vecina torre
timbra el vacío de la madrugada.

Vendo gladiolos y orozuz y alpiste
y aretillos y anís…¡vendo esperanza!

GERMÁN PARDO GARCÍA
(Ibagué, 1902 - México, 1992) Poeta colombiano. Su padre fue presidente de la Suprema Corte de Justicia y él cursó estudios de Filosofía y Letras. Se dedicó muy pronto al periodismo y a la poesía, y publicó en su país su primer volumen de versos: Voluntad (1930). Desde 1931 residió en México, donde dirigió la revista literaria Nivel.
Fue fundamentalmente un poeta, de iniciación postmodernista y temperamento romántico, pero de aspiraciones independientes, a tono con su fervor de soledad. En su Torre de marfil lo obsesionan tres temas: la injusticia social, la guerra y la muerte. Su inquietud pacifista ante las experiencias nucleares han motivado que algunos lo llamen el poeta de la era atómica.