martes, 16 de febrero de 2010

UNA TARDE MUY POÉTICA

ALHAURÍN DIO UNA CÁLIDA ACOGIDA A LA POESÍA
El pasado viernes realizamos un recital poético de la obra de Miguel Oscar Menassa, director de la Escuela de Psicoanálisis y Poesía Grupo Cero, candidato este año al premio Nobel de Literatura.  La cita fue en la Librería Alborada, estupendo establecimiento que pretende ser centro neurálgico de la cultura alhaurina. La lluvia hizo su presencia de forma brusca en la tarde y, estoy segura, disuadió a muchos de acudir a la cita. Sin embargo, el aforo fue completo en la sala, jóvenes, muy jóvenes y mayores estaban allí para encontrarse con uno de los grandes poetas de la lengua castellana.
He de decir, que conozco la obra del autor desde hace 14 años, tiempo desde el que soy alumna de esta escuela y, también, alumna del taller que coordina el propio Menassa. He crecido leyendo sus versos y aquellos de los grandes poetas que él me ha presentado. Maiakovski, Almafuerte, Pavese, Cernuda, Aleixandre, Huidobro, Germán Pardo García, etc.
La noticia de esta candidatura tan importante para un escritor me ha llenado de alegría. Más allá de poder conseguir o no este importante galardón, entendemos que este es un año muy importante para difundir la obra literaria de este autor, difundir, al fin y al cabo, la poesía entre aquellos que hasta este momento no se habían acercado a este importante género literario. Y así fue, el viernes pasado amantes de la poesía, amantes del psicoanálisis, amantes de las palabras, se reunieron en torno a un significante, Miguel Oscar Menassa. El ambiente era muy cálido, la acogida de los alhaurinos y alhaurinas, magnífica. Los anfitriones maravillosos. Lo pasamos muy bien. Disfrutamos con una selección poética, que no puede abarcar toda la amplitud de la obra, pero sí nos anima a seguir conociéndola, a acercarse a algunos de sus libros, que están disponibles en la propia librería o en la biblioteca de Alhaurín de la Torre.
Estoy segura de que no será la última vez que nos encontremos, de que la próxima seremos muchos más los que cedamos nuestra voz a la poesía para vivir una tarde inolvidable. Llenemos nuestra vida de tardes inolvidables como esta, porque el amor no es sólo amor a un hombre o a una mujer, el amor es esto, poesía, el amor es encontrarnos frente a frente y compartir nuestra pasión por los libros.
Gracias amigos y amigas. Hasta muy pronto.
Helena Trujillo Luque
Psicoanalista y Coordinadora de un Taller de Escritura.
HAY MOMENTOS DONDE NO SE PUEDE MÁS
Hay momentos donde no se puede más.
Hay días donde la vida es inalcanzable,
donde el dolor produce pensamientos
de una muerte lejana, aquí, conmigo.
El futuro me llama con su voz de delirio,
acorta las distancias, se posa levemente
en mis cansados músculos, cierra mis ojos,
levanta la tapa de mis sesos y todo es gris.
Hay días donde no alcanzan las palabras
ni los recuerdos juveniles llenos de amor,
esos días secos, retorcidos, sin lágrimas
donde el dolor es tánto que no hay dolor.
Amada, amada mía, ayúdame a esconder
estas páginas blancas para que nadie sepa,
para que nunca nadie conozca este dolor:
hubo una tarde, un día, que no pude escribir.
MIGUEL OSCAR MENASSA

3 comentarios:

  1. Estimada Helena:

    No encuentro dónde te he dejado el comentario anterior sobre fetichismo. Te dejo el texto sobre el que quiero hacerte algunos comentarios otro día.

    Saludos.

    "Cabría esperar que, en sustitución del falo femenino que se echó de menos, se escogieran aquellos órganos u objetos que también en otros casos subrogan al pene en calidad de símbolos. Acaso ello ocurra con bastante frecuencia, pero sin duda no es lo decisivo. En la instauración del fetiche parece serlo, más bien, la suspensión de un proceso, semejante a la detención del recuerdo en la amnesia traumática también en aquella el interés se detiene como a mitad de camino; acaso se retenga como fetiche la última impresión anterior a la traumática, la ominosa {unheimlich}. Entonces, el pie o el zapato -o una parte de ellos deben su preferencia como fetiches a la circunstancia de que la curiosidad del varoncito fisgoneó los genitales femeninos desde abajo, desde las piernas (ver nota(6)); pieles y terciopelo -esto ya había sido conjeturado desde mucho antes- fijan la visión del vello pubiano, a la que habría debido seguir la ansiada visión del miembro femenino; las prendas interiores, que tan a menudo se escogen como fetiche, detienen el momento del desvestido, el último en que todavía se pudo considerar fálica a la mujer. Empero, no pretendo aseverar que en todos los casos se averigüe con trasparente certeza la determinación del fetiche. Ha de recomendarse perentoriamente la indagación del fetichismo a todos aquellos que todavía dudan de la existencia del complejo de castración o pueden creer que el terror ante los genitales femeninos tiene otro fundamento (p. ej., que deriva del supuesto recuerdo del trauma del nacimiento) (ver nota(7)).".

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  2. Estimada Helena:

    Como te comenté, en el minuto 10:30 de tu video conferencia sobre fetichismo, dices una cosa distinta a la que dijo Freud. Comentas que el fetiche es el objeto hacia donde dirige su mirada el niño, inmediatamente después de la visión traumática. Justamente lo contrario que dijo Freud:

    "acaso se retenga como fetiche la última impresión anterior a la traumática, la ominosa {unheimlich}.".

    Tú comentas que se retenga como fetiche "la primera visión posterior". Quizás lo has dicho sin meditar, pero en todo caso esto abre un interesante debate. No solo por el distinto modo de explicar el surgimiento del fetiche, la impresión primera inmediatamente anterior o posterior al trauma, sino si resulta apropiado comparar el fenómeno a la amnesia traumática.
    Continuaremos.

    Saludos.

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  3. El psicoanálisis salva vidas.

    No soy profesional de la salud mental. A esta altura de mi vida y experiencia psicoanalítica me animaría a decir que ya soy un “paciente profesional”. Ni tampoco deseo revalidar con esto aquello del análisis interminable. Mucho menos aun ventilar detalles de mi vida privada en un espacio público. Pero, al menos en mi caso y estoy seguro de que puede hacerse extensivo a muchos otros, el psicoanálisis, lisa y llanamente, me salvó la vida. Tengo vividos 55 años, de logros y frustraciones. Pero al menos los he vivido. Y no hay valor más excelso que la vida. A mis 17 acreditaba dos intentos suicidas. No estaría remitiendo el post si hubiera “tenido éxito”. En cambio, el hallazgo de una profesional seria e idónea me volvió un ser creativo, aunque para expresar mis desesperanzas de manera artística, como lo he hecho. También para poder tener tres hijos (los destinos de los matrimonios, sean los que hayan sido, resultan ser anecdóticos comparados con este logro). Entonces ya no fui “nadie”. Amé a mis hijos y de ellos me viene la esperada devolución. A entender de un diletante paciente, la neurosis no es más que restricción en la capacidad de amar. Amé, odié, eroticé, incluso deseé su muerte, de mi terapeuta, como es más que probable que lo haya hecho con la conflictiva madre. No fui incapaz de “establecer la transferencia” y por eso no sé si me curé (nunca entendí bien qué es la cura), quizá el psicoanálisis no cure nada , mas sí enseñe a convivir con aquello que nunca ha de curarse, lo cual no es poca cosa.

    Ante las adversidades de la vida -que suelen ser muchas- cabe adoptar dos actitudes: la del resentimiento o bien la constructiva. No está mal expresar la primera, pues si eres incapaz de hacerlo es más que probable que éste se vuelva contra ti mismo en forma de enfermedad física, más de una vez: incurable. Odia si has de odiar pero no mates a nadie. Sólo exprésalo, aunque hayas roto en inconsolable llanto en un diván de consultorio. Déjalo ver, nada malo ha de sucederte.

    El psicoanálisis es el hecho maldito que viene a cuestionar la razón cartesiana, motor del progreso y evolución de la humanidad. Pero no la cuestiona para volver al oscurantismo bárbaro, sino para convertirse en instancia superadora. Para expresarlo muy sintéticamente: es aquello que te pone de narices contra la antipática realidad de saber que la irracionalidad también existe.

    Si os sentís perturbados, analizaos. Salvaréis vuestras vidas como yo salvé la mía, no sólo para levitar sobre ella sino para construir. Devine en artista. Nunca más estuve solo. Desesperanzado sí y más de una vez. Pero siempre me devolvió la esperanza el hecho de saber que a una crisis habría de sobrevenirle otra.

    Con mi mayor reconocimiento al Grupo Cero, saludo a los amigos de nuestra Madre Patria.

    Sergio Moldavsky
    Paciente
    Buenos Aires
    Argentina

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